Nishikori, Inspirado En Los Regresos De Federer & Nadal
Dante Bottini entró a la pista central del Abierto Mexicano de Tenis con el ceño fruncido. Dio instrucciones precisas al equipo y comenzó a pelotear con su pupilo Kei Nishikori. Su único interés era devolverle la bola, hacerlo impactar y nada más. Desde que el japonés se apartó del circuito en agosto de 2017 y desde que regresó a la competencia el 22 de enero, lo único que ha importado es su motivación y que su muñeca derecha no vuelva a lastimarse. Los resultados y la eficiencia de los golpes pasaron a un segundo plano.
“Lo más importante es que Kei está en Acapulco sin dolores. Así que todo está bien”, asegura el entrenador argentino en conversación con ATPWorldTour.com. “La semana pasada participó en Nueva York y por suerte terminó bien. Vamos a ver cómo le va en este torneo, pero está trabajando y muy contento de volver”. Será el primer ATP 500 de Nishikori desde Washington 2017 y debutará ante Denis Shapovalov, estrella de la #NextGenATP.
La inspiración ascendente del canadiense de 18 años no intimida el objetivo de que Kei Nishikori siga creciendo en motivación por haber vuelto a la competencia. El mayor aporte de Bottini durante los cinco meses de ausencia fue justamente emocional para no dejarlo caer. “Había momentos que no eran los mejores porque le volvía a doler, entonces tocaba estar con él, acompañarlo, darle ánimo todo el tiempo”.
“Lo que más le decía yo era que siguiera trabajando duro, que hiciera lo mejor que pudiera porque en el futuro él mismo se lo iba a agradecer. Los resultados iban a llegar si trabajaba bien y duro, y seguía con toda. Le decía mucho en inglés: ‘Embrace this moment’. Después de la tristeza iba a ir con toda en el regreso, eso se lo repetía mucho”, recuerda Bottini.
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Él es una voz autorizada en levantarse y seguir luchando. Y Kei lo sabe. Bottini comenzó a jugar tenis a los cuatro años en la ciudad argentina de Coronel Pringles. A la edad de 16 partió a Europa a competir y duró más de tres años intentándolo, viajando en una casa rodante con dos amigos más. Pero su mejor ranking ATP fue 827° en 1997. Después optó por una beca universitaria y luego se volvió entrenador en IMG Bollettieri Academy, donde conoció a Nishikori cuando él tenía 14 años.
No es que se ponga de ejemplo para animar a su dirigido, sino que sabe cómo reinventarse. “Ojalá Kei pueda salir fortalecido de todo esto. Yo siempre le di el ejemplo de todos los que volvieron mejor. Roger, Rafa… El mismo Goffin. Cuando se lesionó en Roland Garros era poco probable que llegara al Masters y lo hizo. Se puede, se puede. Como ellos. Eso le decía a Kei y confío en que lo consiga también”.
Por ahora, el asiático perdió su primer partido en el regreso ante Dennis Novikov en el Challenger de Newport Beach, ganó el título en el Challenger de Dallas y alcanzó las semifinales en el New York Open (p. con Anderson). En el Abierto Mexicano de Tenis quiere seguir buscando ritmo y demostrando que renovó su espíritu mientras estuvo por fuera.
“El parón fue bueno en el sentido en que pudo aprovechar para hacer cosas que no había podido hacer por ser profesional y porque estaba semana tras semana en torneos. Hizo uno que otro viaje, salió, se acostó un poco más tarde, se tomó una semana o dos totalmente libre. No lo había hecho en su vida. Eso le va a servir”.
Además de aprovechar el tiempo, también tuvo largos periodos de risa que lo ayudaron a lidiar con el aburrimiento. Cada vez que estaba cabizbajo, Bottini trataba de levantarle el ánimo. “Tocaba tirar algún chiste, ayudarlo a que se relajara, tratar de hablarle de otras cosas, no solo de tenis”. También le hablaba en español para entretenerlo. Cada vez sabe más palabras. Algunas son groserías. Otras de aliento: “Vamos” y “Dale”. Ambas serán indispensables en este nuevo periodo de su carrera.