© Sergio Llamera/Prensa Argentina Open

Juan Ignacio Chela trabaja con Diego Schwartzman desde agosto de 2016 y tiene todavía objetivos por cumplir.

Chela: “Estamos En Cada Detalle Para Que Diego Pueda Llegar Al Top 10”

El entrenador del actual No. 13 del mundo avisora el futuro de su dirigido.

Los vínculos entre tenistas y sus entrenadores suelen ser fundamentales y la confianza que se construya seguramente termine dejando su marca no solamente en el aporte para crecer tenísticamente uno al lado del otro, pero sobre todo en la confianza y la seguridad de los lazos. 

En el tenis ocurre algo particular, probablemente, distinto al del resto de los deportes. Son ellos mismos quienes los eligen y el ánimo en esas relaciones marcan el día a día y se comparten vivencias que van mucho más allá de una cancha de tenis. Juan Ignacio Chela, de 40 años, es el entrenador de Diego Schwartzman, quien de la mano del ex 15º del mundo vive sus mejores años… pero van todavía por más.

A casi 8 años de su retiro, el ‘Flaco’ de Ciudad Evita — aunque ahora diga con humor que su apodo ya no se amolda más a su realidad— reconoce que se sorprendió hace algunos años cuando Schwartzman lo llamó para empezar a trabajar, recomendado por sus amigos Juan Mónaco y Mariano Zabaleta. Por ese entonces, Chela estaba ‘haciendo tele’ y no tenía en su horizonte inmediato empezar a ser entrenador.  

Sin embargo, el tenis fue siempre la gran pasión de Chela y algo se le encendió dentro suyo, le dieron ganas de aprender con su primer jugador. Hoy, casi cuatro años después, puede decir que el trabajo en equipo, junto a Leonardo Olguín y el trabajo físico coordinado por Martiniano Orazi, ha dado sus frutos: desde que la dupla comenzó a trabajar en agosto del 2016, el Peque pasó del 70º lugar a tocar el No. 11 en 2018 y se mantiene estable en el top 30 tras casi 3 años consecutivos. 

De hecho, ‘El Peque’ no ha salido de los mejores 30 mejores tenistas del mundo desde que debutó en este grupo el 11 de septiembre de 2017, ocupando el puesto No. 28 tras alcanzar los cuartos de final del US Open (p. con Carreño Busta). En febrero del 2018 debutó en el Top-20 tras ganar el título en Río de Janeiro (v. a Verdasco), y cuatro meses más tarde llegó a ser el No. 11 del mundo (lo más alto hasta ahora de su carrera en el Ranking ATP).

¿Qué es lo que más lo ha sorprendido de su pupilo en todo este tiempo? “Eso justamente… su regularidad y que cada año se ha ido superando cada vez más es increíble”, afirmó a ATPTour.com. ¿El próximo paso para Diego es el Top10, entonces? ¿Es una meta posible? “Es el próximo gran paso para Diego, el objetivo… meterse dentro de los 10; ya fue No. 11, estuvo muy cerca, pero sabemos que es algo complicado. Es para pocos y hacemos todo para lograrlo”, reconoció. 

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En tanto, Chela y Schwartzman han podido sacarle un poco de dramatismo y a la intensidad del trabajo, ¿cómo se llevan estas extrañas semanas de cuarentena y sin competencia, desde el lado de Coach? “Desde que empezamos a trabajar con Diego, desde el primer momento, nos llevamos muy bien: tenemos personalidades similares, bastante parecidas. Somos los dos muy profesionales y podemos dividir los momentos de trabajo, de entrenamiento, con los momentos de descanso, relax”, contó.

“Sabemos cuando podemos estar dispersos, ‘joder’, cuando estar al 100% y trabajando”, destacó y resumió. “En estos días mucho no se puede hacer. Estamos sin salir de casa, el hace mucho físico en un mini gimnasio que tiene armado para mantenerse en forma. Tenis, nada, y estamos esperando pasar este momento tan delicado para todo el mundo. En cuanto mejore la situación, planificaremos mejor, pero también es bueno no habla mucho por lo pronto de los entrenamientos de tenis”. 

Sobre el futuro cercano, Chela sabe que por lo pronto el ya no puede hacerle más chistes a su jugador de que primero debía alcanzarlo en tu mejor ranking como No. 15. “Ya hace mucho tiempo que no puedo decirle nada de eso porque me lo pasó bastante rápido”, dice entre risas. “Así que eso me pone orgulloso: sus logros también son los míos, y los resultados de estos años me ponen feliz”, reconoció. 

“Este año estaba cerca del Top10, comenzamos de buena forma hasta la lesión en Buenos Aires. Tuvo mucha mala suerte, lo dejó afuera un par de semanas. Son cosas que pasan y solo queda estar listo para volver con todo…”, consideró. La clave, entonces, estará puesta en los ‘detalles’. “Ser lo más perfeccionistas que se puede. A esta altura de su carrera y con la experiencia que tiene el, cada detalle va a ser los que marcan la diferencia y por eso estamos atentos a cada detalle”. 

El tiempo dirá, pero hay una seguridad inequívoca: con Chela y Schwartzman, el esfuerzo y las risas están asegurados y así siguen construyendo un camino de éxitos en el que pocos creían que lograrían estar. Y todavía quedan nuevos trucos por desbloquear.