Milos Raonic, El Innovador Director Ejecutivo
El deseo de Milos Raonic de explotar al máximo sus habilidades le ha llevado a tener un enfoque innovador y creativo. Este año ha contado con la inspiración y ayuda de John McEnroe.
Ha sido un gran año para el hombre que se cita a sí mismo como el “Director Ejecutivo del tenis de Milos Raonic” (para aquellos que no lo sepan, es el propio finalista de Wimbledon). Además de su poderoso servicio y una derecha de escándalo, este CEO también ha traído idiosincrasias.
Fue más que evidente cuando usó una manga en su brazo derecho por un par de años -primero la llevó en el ATP World Tour Masters 1000 de Indian Wells 2014 para protegerse de un sarpullido y después ya no se la quitó hasta esta temporada, justo en el swing de tierra batida. Desde entonces, parece que está bien sin ella. Algo que también cree que puede ayudarle -y que es muy inusual para un deporte de no contacto- es su protector dental. “El protector ha estado ahí desde principios de año”, dijo. “Sufrí de problemas de espalda el año pasado durante casi seis meses y tuve que reducir mis torneos. Traté de buscar soluciones para el dolor. Es posible que no pueda solucionar mis problemas de espalda completamente, pero como mínimo puedo controlarlos. El protector de la boca sirve para alinear mi columna”.
Fuera de las pistas, Raonic también ha ido reforzando su estatus de hombre del renacimiento al disfrutar su pasión por el arte. Visitó la instalación del artista chino Ai Weiwei en Melbourne, ha sido un gran autodidacta para entender el pop art de Andy Warhol y es un gran estudioso de nombres que empiezan a destacar en círculos artísticos en América como Rashid Johnson, Jeff Elrod y Dan Colen.
La mayoría de esas actividades han sido realizadas junto a su pareja Danielle Knudson, una modelo con residencia en Nueva York. Ambos comparten la nacionalidad canadiense, siendo él del suburbio de Toronto Thornhill mientras ella es originariamente de Red Deer, en Alberta.
Aunque es residente en Montecarlo, Raonic pasa mucho tiempo en Manhattan con Knudson. Eso le permite seguir otra de sus grandes pasiones: el baloncesto. Fan de los Toronto Raptors y de los Oklahoma City Thunder, al menos hasta que la superestrella del equipo Kevin Durant se marchó- Raonic participó en el All-Star de la NBA en el partido de estrellas disputado en Toronto. Logró un mate memorable durante el partido en un equipo en el que también estaba la jugadora WTA Eugenie Bouchard, ambos “entrenados” por el también canadiense Drake.
Durante toda su carrera Raonic ha sido un individuo con mucha rectitud y autodisciplina, ya sea con su dieta (donde además es completamente abstemio), entrenamientos, materiales o incluso entrenadores. Todo con el objetivo de exprimir al máximo sus habilidades.
La última decisión no podría ser más obvia que cuando trajo a John McEnroe como consultor durante la temporada de hierba. Esa colaboración, con el apoyo de sus dos entrenadores Riccardo Piatti y Carlos Moyà, ayudó a Raonic a alcanzar su primera final de Grand Slam en Wimbledon, donde cayó ante Andy Murray.
”Me tomo muy en serio todo los consejos que recibo”, reconoció Raonic. “Sé que toda la gente que tengo en mi equipo quiere ayudarme al máximo. Lo que hago al buscar a otra gente es tratar de exprimir aún más las posibilidades. Si no hiciera algo que puedo, sería uno de mis mayores arrepentimientos”.
La notable evolución de Raonic se ha visto especialmente en su movimiento y también en su volea. Pocos jugadores han mejorado tan dramáticamente en medio de sus carreras. Eso, combinado con su genial servicio y su derecha, le permiten acabar los puntos antes, algo muy inteligente para alguien al que su físico -mide 1,96m- no se ajusta del todo a largos intercambios desde el fondo de la pista.
Raonic, que aspira a ser No. 1 del Emirates ATP Rankings, empezó inspirado el curso al vencer a Roger Federer en la final de Brisbane. Supo gestionar la confianza y llegó a tener una ventaja de 2-1 en sets en las semifinales del Abierto de Australia ante Murray, antes de que una lesión le apartase de competir hasta el final.
Otros momentos destacados del año incluyen alcanzar la final del ATP World Tour Masters 1000 de Indian Wells, así como las finales de Queens y Wimbledon. Este ha sido un año de regreso para Raonic, que la pasada temporada sufrió de una lesión en los nervios del pie así como espasmos en su espalda, ambas lesiones muy dolorosas.
”Caer en el ranking fue duro pero al mismo tiempo me motivó aún más”, dijo el canadiense. Raonic sabe que, si alguna vez quiere ser No. 1 del mundo, tendrá que jugar su mejor tenis durante 30 semanas al año. No será fácil. Pero eso no le va a impedir tratar de conseguirlo. O seguir innovando.