Hacía un año que Federico Delbonis no ganaba un partido de Grand Slam. Pasó por Wimbledon, el US Open y el Abierto de Australia, pero cedió en primera ronda. Hasta que este martes regresó a Roland Garros, el escenario donde había ganado en un torneo de esta categoría por última vez.

En esta ocasión, el argentino no tenía un estreno sencillo. Al otro lado de la red le esperaba uno de los jugadores locales, Adrian Mannarino, pero no tuvo excesivos problemas para superarlo por 6-1, 7-6(1), 6-2, en dos horas y 14 minutos en la Pista 6 del complejo francés.

Es una victoria importante para Delbonis, que tan solo había conseguido dos en la gira en tierra batida europea en primera ronda del ATP Masters 1000 de Montecarlo (v. a Jaume Munar) y la pasada semana en Ginebra (v. a Ricardas Berankis). En total, había registro un récord de partidos de 2-5 antes de Roland Garros.

Pero el No. 65 del Pepperstone ATP Rankings pasó la primera prueba en París por quinta vez (2013, 2018, 2019, 2021 y 2022). Y este año tiene la misión de defender el mejor resultado de su carrera en un Grand Slam: la cuarta ronda que firmó el pasado curso.

No lo tendrá, puesto que su siguiente rival será el séptimo cabeza de serie Andrey Rublev, que necesitó dos horas y 57 minutos para batir al coreano Soonwoo Kwon por 6-7(5), 6-3, 6-2, 6-4.

El No. 7 del mundo se medirá a Delbonis por segunda vez. El único antecedente que registra el ATP Head2Head se remonta a la pasada edición de Wimbledon, donde Rublev se impuso en la primera ronda en cuatro sets.