A veces, un gran talento es suficiente para cubrir la carencia de buenas sensaciones en la pista. Pero no siempre. Algo similar es lo que le ha pasado esta semana a Felix Auger-Aliassime, que a pesar de dejarlo todo en la pista, nunca ha llegado a encontrarse con su mejor nivel en el Abierto de Australia.
Este domingo, el cabeza de serie No. 6 se despidió frente a una de las grandes revelaciones del torneo como el checo Jiri Lehecka, al caer por 4-6, 6-3, 7-6(2), 7-6(3) en tres horas y 13 minutos.
“Creo que él jugó mejor que yo, en general”, asumió Auger-Aliassime en la sala de conferencias, tras el choque. “Jugué mal en los dos tie-breaks, pero creo que en el segundo set él fue un poco mejor. Incluso en los dos sets en los que hubo tie-breaks, apenas gané puntos al resto. Así que cuando llegaron los tie-breaks sentí que tenía ventaja y fue suficiente para que él me ganara hoy”.
La temporada no había empezado de la mejor manera posible para el No. 7 del Pepperstone ATP Rankings. En su estreno en 2023 se despidió en primera ronda ante Alexei Popyrin en Adelaida-1.
Pero en Melbourne había enlazado tres victorias ante su compatriota Vasek Pospisil, Alex Molcan y Francisco Cerúndolo. Eso sí, por el camino se había dejado hasta cinco sets hasta alcanzar la cuarta ronda.
“Ha sido duro, una semana dura para mí, sinceramente”, reconoció sobre su actuación en este Abierto de Australia. “Lo di todo. Tuve momentos buenos. El primer set fue bueno, saqué bien hoy. Pero demasiado apartados de mi juego no estuvieron al nivel necesario para ganar a jugadores como él y a otros jugadores del cuadro”.
“Fue duro. Al margen de breves momentos puntuales, como en la tercera ronda o en el tercer set”, continuó su análisis sobre el nivel ofrecido esta semana en Melbourne. “Hoy, por supuesto, hubo algunos destellos de buen nivel, pero no me sentí tan consistente como lo había sido últimamente o cuando juego bien”.
Auger-Aliassime había protagonizado un gran final de año en 2022. Ganó el ATP 250 de Florencia, también el ATP 250 de Amberes y el ATP 500 de Basilea de manera consecutiva. En el ATP Masters 1000 cedió en semifinales ante el hombre que acabaría levantando el título (Holger Rune), mientras que en las Davis Cup Finals contribuyó con tres victorias a que su país conquistara la Ensaladera.
“Necesito ver qué pasó o, bueno, en parte lo sé, pero no puedo hacer nada ahora. El torneo ya terminó. Lo di todo”, insistió el canadiense antes de hacer un último apunte. “Estoy orgulloso de mi esfuerzo. Lo di todo, pero mi nivel no estuvo donde quería. Voy a recuperarme y afrontar los próximos torneos del año. Eso es todo”.
