Si el Abierto de Australia plasmase su historia en una enciclopedia, el apartado de Novak Djokovic ocuparía varios volúmenes. El balcánico firmó este viernes otra página dorada de su legado en Melbourne Park, alcanzando las semifinales por 11ª ocasión para volver a colocarse a las puertas de la gloria.
Su cita con la historia vendrá impulsada por una marca que refuerza todavía más su autoridad. El de Belgrado completó su 33ª victoria consecutiva en el primer Grand Slam de la temporada, igualando la mayor marca individual de la Era Abierta en el torneo, hasta hoy únicamente en poder de Monica Seles.
“Tiene un gran significado para mí”, reconoció Djokovic, deshecho en elogios hacia una de las mayores figuras en la historia de la WTA. “No era consciente de que voy a compartir este récord con ella. Lo hace mucho más especial para mí. Adoro a Monica”.
Seles firmó una trayectoria majestuosa en el Abierto de Australia, ganando los 33 primeros partidos que disputó en el torneo, con las coronas de 1991, 1992, 1993 y 1996 como huella eterna en suelo aussie.
El balcánico, que estiró hasta las 58 semifinales de Grand Slam su récord histórico, reflexionó en profundidad sobre la importancia de la tenista de Novi Sad en su desarrollo, el impacto que tuvo en su crecimiento deportivo y el trasfondo de la marca compartida desde este viernes.
“Tenía a Mónica en mi mente cuando crecí en Serbia, prácticamente cada día”, explicó. “El motivo es que Jelena Jencic, mi madre tenística, como me gusta llamarle, fallecida en 2012, trabajó junto a Mónica cuando era joven. Siempre escuchaba Monica esto, Monica lo otro. Monica come esto, Monica duerme tantas horas, Monica entrena de esta forma,…”.
“Fue una de las grandes heroínas de mi infancia y siempre he sentido una gran admiración por ella”, añadió Djokovic. “Tuvo una carrera increíble y jugó especialmente bien en Australia. Todos nos preguntamos qué podría haber logrado si no hubiera pasado lo que pasó. Solo tengo buenas palabras que decir sobre Mónica. Estoy muy feliz por compartir este récord”.
El serbio, además, se introdujo en un escenario en el que permanece intacto. Djokovic jamás perdió un partido en Melbourne Park tras dejar atrás los cuartos de final (20-0), un umbral que cruzó con fuerza este viernes tras doblegar a Taylor Fritz. El No. 1 mundial, al que nadie ha remontado en la última década en el torneo, llega al momento decisivo con el espíritu convencido de sus fuerzas.
“Si hay torneos en los que voy a exprimirme son los Grand Slam y especialmente en este”, advirtió. “Soy consciente de la racha que mantengo y la cantidad de partidos que he ganado durante mi carrera en la Rod Laver Arena. No quiero dejarlo escapar. Cuanto más amplia sea la racha, más confianza voy a tener. Lo mismo sucederá con las expectativas, pero crecerá mi motivación para hacer ese esfuerzo extra”.
Djokovic intentará hacer suyo el récord en solitario este viernes, cuando enfrente a Andrey Rublev o Jannik Sinner en las semifinales del torneo. Independientemente del rival, Novak buscará sus opciones en un escenario reconocible como ninguno para sus manos.
“Adoro jugar en esta pista. Ha sido ‘la’ pista de mi carrera”.