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La derrota en el deporte es un compañero inevitable. En el circuito de tenis, un socio habitual. Stefanos Tsitsipas cayó eliminado este domingo en los octavos de final del Abierto de Australia, preso de un partido totalmente diferente al dibujado en su mente. Un choque donde la velocidad de golpes anuló la capacidad de reacción de uno de los jugadores más creativos del circuito, dispuesto a fortalecerse en la caída.
“Este partido me ha impactado, quizá sirva para despertarme y alimentar un poco mi ego”, reconoció Stefanos, maniatado por el vertiginoso juego del estadounidense Taylor Fritz.
El norteamericano nunca había derrotado a un Top 10 en Grand Slam, pero encontró en el jugador de Atenas una oportunidad perfecta para colocar en marcha el contador. Sus servicios anularon todo ritmo en el encuentro y exprimieron la concentración de Stefanos, un jugador construido para el diseño de los puntos con la paciencia de un artesano.
“Tenía un gran partido entre manos, ante un rival al que había enfrentado previamente en el Abierto de Australia al que le encantan estas pistas”, valoró el griego, que había derrotado a su rival dos años atrás en el mismo escenario. “Su juego está diseñado para la superficie dura, tiene mucha potencia y un gran servicio. Estas son cosas que sabía antes de entrar al partido, debía estar preparado para encararlas. No lo hice de la mejor manera, él jugó realmente bien y merece la victoria. Hizo todo lo posible por no dejarme controlar los puntos”.
El ateniense, que un año atrás escaló hasta la final en Melbourne Park, puso su mente a funcionar en busca de soluciones en la sala de prensa. Analizando la manera de descifrar un partido que nació lejos de su alcance.
“Ojalá hubiese habido mucho más juego. Por momentos, en ciertas fases del partido, sentí que había poco más allá del servicio. Ojalá hubiese podido pelotear, crear puntos, descubrir qué me beneficiaba más durante los intercambios”, explicó. "Eso me sacó un poco del partido. No hubo mucho que pudiera trabajar mentalmente o visualizar mientras jugaba el partido. Todo era un gran servicio o un gran resto. Fue ese tipo de partido. Ojalá hubiera podido encontrar la manera de meterme en esos intercambios y cambiar la dinámica del partido, en lugar de limitarme a defender”.
Ahora, siendo uno de los jugadores más notables del circuito sin un trofeo de Grand Slam, Tsitsipas buscará en la calma el rumbo perdido sobre la cancha. A sus 25 años, el griego confía en la experiencia del tiempo para alcanzar una versión lo suficientemente firme como para optar a todo.
“Probablemente necesite unos días para superarlo. Menos de una semana, por supuesto. Pero algunos días sería lo necesario. Me tomaré tiempo para reflexionar. Me tomaré tiempo para visualizar mejor la próxima vez que me enfrente a él, para controlar esas emociones y dejarlas atrás. No es un sentimiento negativo, es un sentimiento de evolución y cambio que es permanente. El cambio siempre es permanente"
"Un día estás en el Top 10 y al siguiente quedas fuera, debes seguir trabajando y permitirte atravesar estas experiencias, buscar los momentos por los que has trabajado durante los últimos años. Habrá momentos duros en tu carrera y complicados de gestionar, pero también momentos de gloria y éxito. Estos ocupan un espacio muy pequeño en la vida de un jugador cada año”.
