
Dice el refranero popular que ‘de tal palo, tal astilla’. Y el apellido Borg es uno de los más grandes que se ha inscrito en la ATP, de la mano de la leyenda que Bjorn protagonizó durante buena parte de los ‘70 y principio de los ‘80. Cinco décadas más tarde, su hijo Leo trata de escribir su propia historia en el deporte de la raqueta.
Bjorn Borg conquistó el primero de los dos trofeos que logró en el Barcelona Open Banc Sabadell (1975, 1977). Entonces, inició su camino ante el británico John Feaver y alcanzó la gloria derrotando por el camino a otras grandes figuras sobre tierra como Jan Kodes (cuartos de final), Guillermo Vilas (semifinal) y Adriano Panatta (final).
50 años después de aquella gesta, su hijo Leo Borg regresó al mismo escenario para estrenarse en el ATP 500 de Barcelona. Eso sí, lo hizo en la fase previa, precisamente ante un jugador de la misma nacionalidad frente al que su padre inició su participación en 1975. En este caso, el británico Jacob Fearnley.
El cuadro del torneo catalán volvió a ver impreso sobre una de sus casillas el apellido Borg. Esta vez, el ‘Hombre de hielo’ estaba en la grada vigilando de cerca los primeros pasos de su hijo. Y aunque Leo no pudo seguir adelante, tras caer ante Fearnley por 7-5, 7-6(1), supuso una experiencia más en la mochila del más joven de la casa en el circuito.
A pesar de los once títulos de Grand Slam y las más de 100 semanas que Bjorn pasó en los más alto del PIF ATP Rankings, Leo tiene otro gran referente en el tenis: Rafa Nadal. El español, que levantó en 12 ocasiones el Trofeo Conde de Godó, da nombre a la pista central del torneo.
Hace apenas ocho meses, tuvo la oportunidad de enfrentarse a su ídolo en el ATP 250 de Bastad. “Fue increíble porque estábamos mirando cuando hicieron el sorteo y justo salió mi nombre contra Rafa”, dijo entonces el sueco que fue el rival del español en la primera ronda.
Leo no pudo continuar su aventura en la ‘casa de Nadal’ ni en el escenario donde su padre esculpió un pedazo de su leyenda, pero una vez más acaparó todas las miradas en Barcelona, como cada vez que en el ATP Tour vuelve a relucir el apellido Borg.