
Cuando Carlos Alcaraz está en pista, siempre hay bullicio. Pero el pasado año en el BNP Paribas Open ese bullicio fue literal, aunque vino procedente de unas invitadas inesperadas a la fiesta.
El partido de cuartos de final entre Alcaraz y Alexander Zverev, quizás, se recuerdo en menor medida por el nivel de tenis y más por la extraña anécdota que causó un retraso de casi dos horas. ¿La estrella del show? El apicultor Lance Davis, que describe la experiencia como una “locura”.
En primer lugar, Davis tuvo que ocuparse de la Reina y las miles de abejas que invadían la cámara aérea (spider cam) en la Pista Central de Indian Wells. Pero ahí no quedó todo. Luego regresó para completar su misión: tranquilizar al vigente campeón. Preocupado por la presencia de tantas abejas en pista, Davis tuvo que convencer a Alcaraz de que no había problemas por volver a jugar.
“Probablemente ya no estén volando, seguramente estarán arriba donde tengo a la Reina enjaulada”, recordó Davis sobre sus palabras a Alcaraz. “Creo que vas a estar a salvo. Ahora puedes centrarte y ganar… ¡y lo hizo”.
Doce meses después, Davis habla sobre su inesperada visita al Indian Wells Tennis Garden:
Alcaraz acabó cerrando la victoria ante Zverev por 6-3, 6-1, antes de acabar defendiendo la corona de campeón en el primer ATP Masters 1000 del año.
“No te voy a mentir, tenía un poco de miedo de las abejas”, reconoció Alcaraz, después de aquel partido de cuartos de final. “Una vez que se reanudó el partido, tuve que olvidarme de las abejas y centrarme en el partido”.
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Davis ha forjado toda una reputeción en el desierto de California. El experto en abejas abandonó el Indian Wells Tennis Garden esa tarde como un héroe, haciéndose fotos con los aficionados. Davis, que tiene más de 50 años de experiencia en la industria de la apicultura, volvió este año para reencontrarse con el dos veces campeón Alcaraz, en el lanzamiento de la moneda en el sorteo inicial de su primer partido.