Si hay una superficie sobre la que Casper Ruud se siente especialmente cómodo esa es la tierra batida. Más allá de haber demostrado su versatilidad en otros territorios, en polvo de ladrillo ha firmado sus resultados más brillantes y este miércoles en el Millennium Estoril Open celebró su victoria No. 100 en arcilla.
Lo hizo en su estreno en el ATP 250 de Estoril, donde parte como principal favorito. El noruego accedió a cuartos de final, después de batir al invitado local Joao Sousa por 4-6, 6-2, 6-2, en dos horas y 15 minutos.
De esta manera, Ruud presenta ya un récord de partidos en tierra batida de 100-37. Y es que el 56,8% de las victorias que ha firmado en el ATP Tour (176 en total) han sido en la superficie más lenta.
Su condición de especialista en polvo de ladrilla se acentúa si se observa su palmarés. El No. 5 del Pepperstone ATP Rankings ha ganado ocho de sus nueve títulos sobre el manto rojizo.
Eso sí, en su historial además de la final de Roland Garros cuenta con la presencias en la última ronda de dos de los torneos más prestigiosos del circuito en pista rápida como el US Open 2022 y las Nitto ATP Finals 2022.
Más victorias en tierra (activo)
Rafael Nadal – 474
Novak Djokovic – 257
Fernando Verdasco – 236
Fabio Fognini – 229
Albert Ramos – 190
Stan Wawrinka – 186
Pablo Cuevas – 170
Richard Gasquet – 161
Dominic Thiem – 155
Marin Cilic – 138
Federico Delbonis – 136
Gael Monfils – 132
Feliciano López – 131
Diego Schwartzman – 116
Pablo Andújar – 115
Pablo Carreño – 113
Andy Murray – 109
Alexander Zverev – 108
Kei Nishikori – 103
Casper Ruud – 100
Ruud, que tiene un récord de 6-6 esta temporada, juega en Estoril su primer torneo en tierra batida de 2023 y allí disputará sus primeros cuartos de final este año.
El cabeza de serie No. 1 no lo tendrá fácil, ya que al otro lado de la red le espera el vigente campeón del torneo Sebastián Báez, que en el inicio de la jornada de este miércoles superó a su compatriota Pedro Cachín por 6-4, 7-6(2).
Será el primer duelo que registre el ATP Head2Head entre el noruego y el argentino.