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50º Aniversario Pepperstone ATP Rankings

Cinco Finales De Año Destacados En La Historia Del Pepperstone ATP Rankings

Increíbles formas de llegar al No. 1 al final del año en los 50 años de historia del Pepperstone ATP Rankings
August 22, 2023
Andy Murray logró terminar el año como No 1 presented by Pepperstone en una final con todo en juego ante Novak Djokovic en Londres 2016.
Peter Staples
Andy Murray logró terminar el año como No 1 presented by Pepperstone en una final con todo en juego ante Novak Djokovic en Londres 2016. By Joel Drucker

Alcanzar el No. 1 del mundo es universalmente reconocido como uno de los mayores logros en el tenis. Pero hay algo que cuenta incluso con más prestigio en este selecto club de 28 elegidos: quienes logran terminar la temporada como No. 1 al final del año presented by Pepperstone.

Sólo 18 hombres han tenido ese privilegio, incluyendo a algunos que hicieron un esfuerzo titánico para lograr este hito. Para concluir nuestra serie conmemorativa del 50 aniversario del Pepperstone ATP Rankings, ATPTour.com repasa algunas de las batallas más épicas para terminar un año en la cima.

Andy Murray lo gana todo

Hay momentos excepcionales, en los que la persona idónea está en el lugar adecuado, en el momento preciso.

Eso fue lo que le ocurrió a Andy Murray en noviembre de 2016. El lugar: Londres, concretamente, en las Nitto ATP Finals. Murray era el héroe local, al ser uno de los deportistas británicos más destacados.

Aunque Rafael Nadal y Roger Federer acapararon la gran rivalidad de principios del siglo XXI, también hay que mencionar los grandes partidos que protagonizaron Murray y Novak Djokovic.

Nacido con apenas una semana de diferencia entre ambos en 1987, Murray y Djokovic se conocen desde la infancia y han cruzado sus caminos en repetidas ocasiones como profesionales. Murray había ganado sus dos primeros Grand Slam —el US Open 2012 y Wimbledon 2013— ganando al serbio en las finales.

Djokovic había empezado 2016 de una forma superlativa, derrotando a Murray en la final del Abierto de Australia y en Roland Garros.

Murray subió el nivel de su tenis. En julio ganó Wimbledon. Y un mes después, la medalla de oro olímpica. En otoño, Murray consiguió los títulos de Pekín, Shanghái, Viena y Paris. El 7 de noviembre ascendió al No. 1 del mundo por primera vez, rompiendo el dominio de Federer, Nadal y Djokovic durante 666 semanas.

En Londres, Murray sufrió una derrota en la fase de grupos. Contra Milos Raonic en semifinales, el británico salvó un punto de partido para firmar su victoria consecutiva No. 23.

Murray y Djokovic se encontraron en el último partido del año, en un partido que decidiría al campeón de las Nitto ATP Finals y al No. 1 al final del año presented by Pepperstone.

Djokovic había ganado sus últimas cuatro finales y dominaba la rivalidad por 24-10. Pero desde muy pronto, Murray tomó el control. A lo largo de los 102 minutos que duró el partido, se movió de manera excepcional, dominó los peloteos y ganó por 6-3, 6-4. “Es un día muy especial”, dijo tras el partido. “Acabar el año como No. 1 es muy especial. Es algo que nunca había esperado”.

Kuerten, el guerrero feliz, se sorprende a sí mismo

Gustavo Kuerten in action at the 2000 Tennis Masters Cup.
Gustavo Kuerten compite en la Tennis Masters Cup 2000. Imagen: Clive Brunskill/Allsport

Cuando empezó la Tennis Masters Cup 2000, el mundo entero sabía del potencial de Gustavo Kuerten sobre tierra batida. Ese mes de junio, Kuerten había levantado el título en Roland Garros por segunda vez. Hasta entonces, había ganado nueve títulos ATP, ocho de ellos sobre tierra batida.

Aunque el brasileño era el No. 2, por detrás del campeón del US Open Marat Safin, no estaba entre los candidatos esa semana en Lisboa. Al fin y al cabo, el torneo se celebraba en pista dura cubierta, una superficie en la que no había alcanzado hasta entonces ninguna final. Tras una derrota en tres sets frente a Andre Agassi en su partido de estreno en la fase de grupos, se recuperó de una lesión tratándose durante horas en la sala de fisioterapia y no pudo dormir hasta las 5.00 am. Sin embargo, se recuperó para ganar sus dos siguientes partidos y avanzó a semifinales.

Los rivales no daban lugar al optimismo: dos titanes como Pete Sampras y Andre Agassi en la final. Eso dos estadounidenses habían acabado en los años más recientes como No. 1 al final de una temporada. Y Sampras había logrado el récord de seis años seguidos entre 1993 y 1998.

“Estaban hechos para ser campeones”, dijo Kuerten de Sampras y Agassi. “No fue lo mismo en mi caso. Vengo de un pueblo pequeño. En Brasil no hay campeonatos, ni torneos ATP”.

Pero en semifinales, Kuerten remontó ante Sampras por 6-7(5), 6-3, 6-4. Y frente a Agassi, en dos horas y seis minutos, el brasileño completó una actuación de brillante tenis —que incluyó 19 saques directos— para ganar 6-4, 6-4, 6-4. Kuerten manifestó que “el partido más perfecto que jugué fue la final”.

Desde el 92 hasta el 99, el jugador que había terminado como No. 1 el año era de nacionalidad estadounidense (Jim Courier en 1992). Kuerten se convirtió en el primer sudamericano en alcanzar esta cota al final de una temporada.

Sampras lo da todo para acabar en el No. 1 por sexto año seguido

Pete Sampras in Hanover, Germany in 1998.
Pete Sampras en Hannover (Alemania) en 1998. Imagen: Gary M. Prior/Allsport

La genialidad de Pete Sampras fue su habilidad para competir de forma superlativa y, al mismo tiempo, soñar en grande. Desde muy joven, se propuso lograr la victoria en torneos como Wimbledon y el US Open, además de ser No. 1 del mundo.

En 1998, tenía otro logro histórico a la vista. Entre 1974 y 1978, Jimmy Connors había terminado el año en lo más alto cinco veces seguidas. Sampras igualó esa marca entre 1993 y 1997. ¿Conseguiría la sexta?

Pero en años anteriores, Sampras había tenido ventaja. Esta vez, Marcelo Ríos estaba muy cerca. Le había arrebatado la primera plaza durante dos semanas en verano, y en otoño seguía en la lucha por acabar el año como No. 1.

De esta manera, Sampras puso todo su empeño en la gira en pista dura cubierta europea. Empezó en Basilea, una gira de siete torneos. Pero sólo en Viena, el estadounidense levantó el trofeo. “Al final de la larga y dura temporada de Grand Slam, ese ambiente puede dejarte con la sensación de vivir algo extraño, en un universo paralelo”, escribe Sampras en su autobiografía, En la mente de un campeón (con Peter Bodo).

En Estocolmo, jugando ante el No. 29 Stoltenberg, Sampras perdió los nervios y rompió su raqueta en pedazos. Como dijo al periodista Steve Flink más tarde ese año: “Estaba estresado por la carrera por el No. 1… Nunca había hecho eso en mi carrera y estaba al límite”.

Hubo un giro de los acontecimientos. En el torneo de final de temporada, que se jugó en Hannover, (Alemania), Ríos fue baja por una lesión de espalda, lo que significó que Sampras sería el No. 1 al final del año presented by Pepperstone. El estresante otoño había llegado a su fin. Sampras señaló que “lo veo como un logro supremo. Es un récord que presiento que probablemente no se batirá y yo lo sabía”.

El Big 3 del 83: Ivan Lendl, Jimmy Connors y John McEnroe

John McEnroe in action at Roland Garros in 1983.
John McEnroe en Roland Garros en 1983. Fotografía: AFP via Getty Images.

Más de 20 años antes de la aparición del Big 3 del siglo XXI, 1983 fue el año de otro trío que forma parte de la historia del deporte. En los 12 meses siguientes, John McEnroe, Jimmy Connors e Ivan Lendl se intercambiaron el primer puesto de la clasificación hasta en 10 ocasiones.

Cada uno de los tres ocupaba en ese momento un lugar distinto en su trayectoria y en el panorama tenístico. Connors cumplió 30 años en 1982, disfrutando del resplandor de su transformación. Y, en el 82, ayudado por sus victorias en Wimbledon y en el US Open, el zurdo recuperó el primer puesto más de tres años después de haberlo ocupado por última vez.

Tras haber pasado la primera parte de su carrera persiguiendo a Connors y Bjorn Borg, McEnroe, de 23 años, tuvo que lidiar con los retos de la vida en la cima, la angustia por la retirada de Borg del tenis y la preocupación por el ascenso del poderoso Lendl. Lendl, de 22 años, había subido rápidamente en el escalafón, ganando muchos torneos, pero aún tenía que competir con la misma eficacia en los Grand Slams que en los demás torneos.

McEnroe era el No. 1 a principios de enero y al mes siguiente mandó un importante mensaje al vencer a Lendl en la final de Filadelfia, un torneo por aquel entonces más importante que el Abierto de Australia. La victoria puso fin a la racha de siete victorias consecutivas de Lendl sobre McEnroe.

Pero desde mediados de febrero hasta junio, Connors y Lendl fueron sendos No. 1 en varias etapas. El período más largo de dominio comenzó el 28 de febrero, la primera aparición de Lendl como No. 1. Ocupó ese puesto durante casi tres meses, una etapa de 11 semanas que finalizó el 16 de mayo.

Los meses de junio y julio marcaron el punto de inflexión de aquel tumultuoso año. Connors, No. 1 del mundo, acababa de ganar Queen's, lo que le llevó a Wimbledon con confianza. Había derrotado a Lendl en semifinales y a McEnroe en la final. Connors, primer cabeza de serie en Wimbledon, estaba ansioso por defender su título, pero cayó en octavos de final. McEnroe derrotó a Lendl en semifinales y a Chris Lewis, que no era cabeza de serie, en la final.

A partir de esa racha que comenzó en el All England Club, McEnroe inició un reinado de 17 semanas en el No. 1. Y aunque Lendl ocuparía más tarde ese puesto durante seis semanas, McEnroe tuvo el mejor año. Wimbledon fue uno de los siete títulos que McEnroe ganaría en 1983. Lendl también ganó esa cantidad, pero ninguno había sido un Grand Slam. Además, Lendl había perdido contra McEnroe cuatro de cinco veces y había quedado 2-2 contra Connors (incluida una derrota en la final del US Open).

Y mientras Connors había llegado hasta el final en Nueva York, ganando cuatro títulos y perdiendo dos de sus tres partidos contra McEnroe. Así fue como, por tercer año consecutivo, McEnroe terminó el año como No. 1.

2018: Federer y Nadal dominan la primera mitad, pero Djokovic termina mejor

Novak Djokovic at the Shanghai Rolex Masters in 2018.
Novak Djokovic compite en el Rolex Shanghai Masters en 2018. Fotografía: Wang Zhao

En agosto de 2018 parecía claro que, al cierre de la temporada, el hombre que ostentaría el ATP Year-End No. 1 presented by Pepperstone serían Rafael Nadal o Roger Federer.

Nadal comenzó el año en lo más alto. Sorprendentemente, al mes siguiente, Federer volvió al No. 1 por primera vez en más de cinco años.

Mientras tanto, Novak Djokovic se tambaleaba. Acabó 2016 en el No. 2, pero 12 meses después había caído al 12. Más derrotas en la primera mitad del año sacaron a Djokovic del Top 20 por primera vez desde 2006.

Así como Federer dominó el tenis en la década de 2000, no dejó de perfeccionar todo, desde el equipamiento hasta la técnica y la táctica. Una importante mejora de su revés ayudó a Federer a ganar dos Grand Slams en 2017.

Nadal también fue implacable en la búsqueda de mejoras. A lo largo de su carrera, el español mejoró en gran medida golpes como su saque y volea.

Y luego estaba el infatigable Djokovic. Tercero del mundo entre 2007 y 2010, el ascenso del serbio a la cima comenzó con cambios significativos en su alimentación y continuó con su propio compromiso de mejorar sus golpes y sus patrones en la construcción de los puntos. Resulta asombroso pensar en cómo estos tres jugadores han mantenido el listón tan alto durante casi dos décadas, con sus sutiles altibajos y compitiendo entre sí y contra muchos otros rivales.

A principios de junio, Federer había ganado el Abierto de Australia y Nadal se había hecho con el título en Roland Garros.

Pero todo cambió en Wimbledon. En cuartos de final, Federer fue derrotado por Kevin Anderson. Djokovic derrotó a Nadal en semifinales y se impuso a Anderson en la final, una victoria que le devolvió al Top 10.

El renacimiento veraniego de Djokovic continuó. Venció a Federer en la final de Cincinnati (para conseguir los nueve Masters 1000) y ganó el US Open, una victoria que le aupó al No. 3 del mundo.

La segunda mitad de 2018 fue mucho más dura para Federer y Nadal. Antes de Wimbledon, habían ganado colectivamente siete torneos. Pero a partir de junio, se llevaron solo dos. En el US Open, Federer fue sorprendido en octavos de final por el No. 55 John Millman. Una lesión en la rodilla derecha obligó a Nadal a retirarse a mitad de partido en semifinales contra Juan Martín del Potro.

Dos buenas actuaciones en torneos ATP Masters 1000 ayudaron mucho a Djokovic. En Shanghái, Djokovic ganó el título sin perder un set. Dos semanas después, el serbio jugó en París y alcanzó la final. El 5 de noviembre, Djokovic puso fin a las 19 semanas que Nadal llevaba en el primer puesto y se hizo con el No. 1 por quinta vez.

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