
El 2025 de Taylor Fritz está siendo el año de la confirmación. A los 27 años, el californiano se ha asentado definitivamente entre los mejores del mundo, consolidándose como una presencia constante en las rondas finales de los grandes torneos. Desde su irrupción en Indian Wells hace ya tres temporadas, Fritz ha construido un perfil que combina potencia, a lomos de su gran saque, inteligencia táctica y una determinación que le ha permitido sostenerse en la zona alta del ranking con una regularidad que pocos estadounidenses habían mostrado en la última década.
Su temporada ha sido de enorme consistencia: además de los dos títulos conquistadle en hierba (Stuttgart y Eastbourne), semifinalista en Miami y Canadá, finalista en el ATP 500 de Tokio, y con múltiples actuaciones sólidas en ATP Masters 1000 y torneos de categoría 500. Su nivel medio apenas ha bajado durante el año, y eso le ha mantenido firmemente dentro de la clasificación, en plena lucha por una nueva plaza para jugar las Nitto ATP Finals. Pero la ambición de Fritz no se limita a repetir presencia: su mirada está puesta más arriba.
El estadounidense, actualmente No. 4 del mundo, tiene tres metas que marcarán su tramo final de 2025: convertirse por primera vez en No. 3 del mundo, conquistar su segundo título ATP Masters 1000, y certificar —y aprovechar— su tercera clasificación a las Nitto ATP Finals, donde buscaría el mayor título de su carrera. Tres desafíos distintos, pero interconectados, que pueden definir su madurez definitiva como competidor de élite.
1. Alcanzar por primera vez el No. 3 del mundo
Pocos jugadores estadounidenses han logrado colocarse tan arriba en el ranking en las dos últimas décadas. Desde Andy Roddick, ningún compatriota había vuelto a pisar la zona alta de manera sostenida. Fritz, que alcanzó por primera vez el No. 4 en noviembre de 2024, ha coqueteado con el siguiente escalón desde entonces, y el cierre de 2025 le presenta una ventana clara para alcanzarlo.
En el PIF ATP Rankings, el estadounidense se encuentra a una distancia asumible del No. 3, una plaza que se disputa con Alexander Zverev. Los torneos que restan —Basilea, París y las Nitto ATP Finals— son los que históricamente deciden el orden final de la clasificación, y Fritz llega en el momento justo. “Sé que puedo acabar el año muy arriba. Depende de mí, de cómo responda en estas semanas”, comentó recientemente tras su paso por Shanghái.
En lo tenístico, Fritz ha mostrado una evolución notable. Su saque sigue siendo una de las armas más potentes del circuito, pero su progreso más visible está al resto, especialmente en pistas rápidas, donde ha aprendido a bloquear con precisión y a tomar la iniciativa desde la primera bola. Bajo techo, su estilo encaja a la perfección: puntos cortos, ritmo alto y control del tiempo de pelota. Si logra mantener la frescura física que ha mostrado este año, su aspiración al Top-3 es completamente realista.
2. Ganar su segundo ATP Masters 1000
El gran salto de calidad de Taylor Fritz llegó en marzo de 2022, cuando se proclamó campeón de Indian Wells, derrotando en la final a Rafael Nadal. Aquella tarde californiana marcó un antes y un después: fue su primer título de Masters 1000, el primero de un estadounidense desde 2017 (Jack Sock en París), y el símbolo de una nueva generación que buscaba devolver a Estados Unidos al mapa del tenis de élite.
Desde entonces, Fritz ha estado cerca en varias ocasiones, pero ese segundo Masters 1000 se le resiste. En 2025 ha vuelto a rondar los puestos de privilegio, y el tramo final ofrece una última oportunidad: París, la última gran cita del calendario antes de las Nitto ATP Finals.
Las condiciones de París son ideales para su juego. Las pistas bajo techo, rápidas y con bote bajo, amplifican su potencia de saque y la agresividad de su derecha. Además, el recuerdo del título de Indian Wells sigue siendo un punto de motivación: “Esa victoria cambió mi carrera. Desde entonces sé que puedo ganar cualquier torneo si mantengo la calma y el enfoque”.
Repetir éxito tres años y medio después no sería solo una cuestión de palmarés, sino una validación de su madurez competitiva. Un segundo ATP Masters 1000 le ayudaría a consolidar su estatus como un habitual en la élite. Y, además, impulsaría de forma decisiva sus opciones de cerrar el año como No. 3 del mundo.
3. Clasificarse por tercera vez a las Nitto ATP Finals (y hacerla valer)
El tercer objetivo de Fritz combina mérito y ambición. Clasificarse por tercera vez a las Nitto ATP Finals sería ya un logro importante. Pero más allá de estar, la cuestión es cómo estar. Fritz quiere convertir esa experiencia en un título.
Su trayectoria en Turín habla de progreso. En su debut en 2022, superó la fase de grupos y llegó hasta las semifinales, donde cayó ante Novak Djokovic en dos desempates tras un partido de altísimo nivel. En 2024, dio un paso más: finalista, perdiendo ante Jannik Sinner en un encuentro decidido por pequeños márgenes. En ambas ocasiones, su nivel indoor fue altísimo.
Llegar por tercera vez significaría continuidad, pero el verdadero desafío sería dar el último paso. “Turín es un torneo que me motiva especialmente. Es donde están los mejores, y cada partido tiene un valor enorme. Ya sé lo que es estar cerca; ahora quiero ganarlo”, declaró el californiano en su última gira europea.
Las Nitto ATP Finals son el torneo ideal para su perfil: ritmo alto, condiciones controladas, y margen para ajustar entre partidos. Fritz domina todas las variantes con su saque, y, cuando juega con confianza, puede imponerse a cualquier oponente, Su capacidad para sostener la agresividad durante varios días seguidos será clave, en caso de que certifique esa clasificación para regresar a Turín. Si logra sumar victorias en en la fase de grupos y plantarse de nuevo en semifinales o final, no solo afianzará su puesto entre los mejores, sino que añadirá los puntos necesarios para aspirar al Top-3.