En Indian Wells, Alcaraz Mira A Los Ojos De Su Generación

Peter Staples/ATP Tour

El futuro es amplio en el camino de Carlos Alcaraz, una de las principales figuras jóvenes del ATP Tour a sus 19 años. El español encarna un soplo de aire fresco en un deporte de carreras cada vez más extensas, donde la experiencia de los más curtidos es la ley en la cima del vestuario. Nada parece frenar el ímpetu del murciano, sin embargo, decidido a escribir otra temporada histórica en el circuito.

Con un talento especial, la irrupción de Alcaraz se produce contra la lógica de los tiempos. Nunca hubo más tenistas en el Top 100 por encima de los 30 años como en la actualidad, jamás se vieron tantos jugadores resistiendo en su veteranía. Sin embargo, el murciano colecciona registros de precocidad prácticamente en cada torneo.

En esa batalla contra el tiempo, el BNP Paribas Open 2023 representa una oportunidad de competir manteniendo la mirada a sus socios de viaje a futuro. Tenistas de corta edad ya encaramados a los puestos nobles del vestuario, esos con los que puede tener que bregar por los máximos objetivos en los próximos años. Estos compañeros de generación, que escriben su irrupción en paralelo a la llegada de Carlos, están mostrando una valentía sin igual en sus duelos ante el murciano.

Sirva un dato para comprobarlo. Junto a Alcaraz, tres jugadores menores de 23 años ocupan el Top 20 del Pepperstone ATP Rankings en la actualidad. El canadiense Felix Auger-Aliassime, el danés Holger Rune y el italiano Jannik Sinner. Ninguno de ellos, a diferencia del grueso del vestuario, presenta un balance negativo ante el prodigio español. En Indian Wells, sin embargo, Carlos afronta un sendero de combates directos.

La figura Auger Aliassime apareció en cuartos de final como medida de dureza perfecta para el español. El canadiense, actual No. 10 mundial a sus 22 años, había dominado sin excepción sus duelos directos ante Alcaraz, algo sin ejemplo semejante en el vestuario. Un historial ATP Head2Head impecable (3-0) en favor del norteamericano colocaba a Carlos ante algo inexistente en su trayectoria: una némesis intocable al otro lado de la red.

El murciano había penado en cualquier intento previo, sin llegar siquiera a romper un turno del servicio al canadiense en tres asaltos completos. Su victoria en Indian Wells, donde desbloqueó el juego de Auger-Aliassime en dos mangas, supuso un golpe sobre la mesa ante uno de sus principales rivales directos.

“Sabía que debía que mantenerme firme”, reconoció Alcaraz, aliviado tras superar el obstáculo. “Los partidos anteriores habían sido ajustados. En Copa Davis llegué a tener mis opciones, pero en Basilea recuerdo que bajé un poco los brazos. Mi objetivo era no rendirme, podía tener mis opciones y, si llegaban, debía intentar aprovecharlas. Lo he logrado, hice uno de mis mejores partidos del año”.

Derribar ese muro ha situado a Alcaraz ante una nueva reválida generacional. La ronda de semifinales le exigirá competir cara a cara ante Jannik Sinner, convertido en un aspirante a todo con apenas 21 años. El italiano es uno de los pocos jugadores que mantiene la entereza ante Alcaraz (2-2) tras múltiples partidos disputados. Y los recuerdos más recientes son bien intensos.

La última vez que Alcaraz y Sinner se vieron las caras, en unos épicos cuartos de final del US Open decididos en cinco mangas a su favor, el español volvió a comprobar la dureza que le prometen sus compañeros de generación. El murciano levantó una pelota de partido y se impuso tras 5 horas y 15 minutos de esfuerzo a las 2:50 de la madrugada, firmando el cierre más tardío en la historia del Grand Slam neoyorquino.

“Al final del partido estaba al límite de mis fuerzas”, dijo entonces Alcaraz, superviviente en uno de los duelos más vibrantes de 2022, alabado por la intensidad constante que hubo sobre la pista. “Ha sido realmente duro para mí. El nivel de tenis que tuvimos fue altísimo de principio a fin. Hice un gran esfuerzo para estar concentrado, dándolo todo en cada punto. Necesité tener fe en mí mismo en todo momento”.

“Carlos es el tipo de jugador que te hace elevar el nivel”, respondió Sinner, herido en su orgullo ante un rival primario en su camino. “He tenido derrotas duras en mi carrera, y esta encabeza la lista. Me va a doler durante un tiempo, debo intentar encontrar las lecturas positivas. Sé que me va a costar. Tengo que mejorar y confiar en que la próxima vez lograré la victoria”.

El siguiente capítulo no ha tardado en aparecer. En Indian Wells ambos competirán con el billete a una final ATP Masters 1000 como destino. Precisamente eso, la opción de pelear por uno de los mayores trofeos del calendario, muestra a las claras el calibre que han alcanzado sus duelos. Un horizonte que Carlos afronta con un hambre decidida.

“Me siento muy feliz por jugar ante él. Hemos tenido grandes batallas”, remarcó Alcaraz, dispuesto a romper sus límites ante los más bisoños. “Siempre disfruto nuestros partidos. Va a ser un partido bonito para los aficionados y también para mí. He intentado dar el 100%, Jannik está jugando a gran nivel y voy a disfrutar ese partido”.

En El Valle de Coachella, un lugar reservado a las leyendas, Alcaraz quiere gritar marcar el territorio ante sus grandes retos futuros.