
El grito de Carlos Alcaraz después de conquistar su segundo título en el BNP Paribas Open de Indian Wells expresó alegría, pero también liberación.
El domingo, el español venció a Daniil Medvedev en la final del primer ATP Masters 1000 de la temporada y defendió con éxito la corona, que había ganado en 2023 ante el mismo rival, ganando su primera copa desde Wimbledon. Además de eso, Alcaraz logró mantener el No. 2 del PIF ATP Rankings, que estaba en peligro en el Valle de Coachella. Lo más importante, quizás, fue otra cosa: Alcaraz se marcha del desierto con la confianza por las nubes después de haber superado una dificultad tras otra en el torneo.
Para ganar el título en Indian Wells, Alcaraz ha ganado de manera consecutiva a cuatro rivales con los que tenía perdido el Lexus ATP Head2Head: Felix Auger-Aliassime, Fabian Marozsan, Alexander Zverev y Jannik Sinner.
Antes de Indian Wells, Auger-Aliassime dominaba por 3-1 a Alcaraz en el cara; Marozsan mandaba por 1-0; Zverev por 5-3 y Sinner lideraba al murciano por 4-3.
En pocos días, el No. 2 mundial ha logrado recortar distancias con todos ellos (empatando su Lexus ATP Head2Head en el caso de Marozsan y Sinner), desplegando su mejor versión y creciendo tras cada triunfo.
Que Alcaraz se sobrepusiese a todos los rivales que le tenían controlado el cara a cara describe a la perfección la gran versión que el español ha exhibido en el primer Masters 1000 del calendario, donde el campeón de dos títulos de Grand Slam consiguió defender un trofeo por primera vez en pista dura, algo inédito hasta ahora en su carrera.
Así, Alcaraz luego derrotó a Medvedev en la gran final -mismo rival que en 2023- y partió hacia Miami repleto de energía y fuerza.