Pedro Cachín O La Vieja Costumbre De Reinventarse En España

Mutua Madrid Open

Pedro Cachín es la viva estampa de un hombre nacido en su tierra: apacible, respetuoso, amigable, genuino. Los valores que adquirió en su natal Bell Ville han quedado en evidencia durante toda su carrera en el ATP Tour. Sin embargo, ha sido en España, a más de diez mil kilómetros de casa, donde el argentino de 28 años ha dado los pasos más importantes de su carrera tenística.

Lo confirmó este lunes en el Mutua Madrid Open al vencer 6-1, 7-6(2) a Frances Tiafoe para alcanzar unos octavos de final de Masters 1000 por primera vez en su carrera. “Madrid siempre me gustó, tiene unas condiciones que me gustan mucho”, asegura el No. 67 del Pepperstone ATP Ranking, que aún no pierde sets en el torneo.

“Estoy muy contento. Todo se está dando mejor de lo que esperaba. Esto me sirve para creer que pertenezco aquí, para sentir que me gané el derecho a estar en este tipo de torneos”.

Hasta hace muy poco ese convencimiento no era claro. Al finalizar marzo, contaba con récord de 2-10 a nivel de gira. Cada vez eran más las dudas en su cabeza. Quizá no se sentía a la altura de la responsabilidad de su primer año jugando por completo en el ATP Tour. Decidió regresar al ATP Challenger Tour para recuperar ritmo y confianza. Y lo consiguió en un torneo en España.

“Por suerte me fue muy bien en el Challenger de Madrid. Estaba convencido de que iba a dar un paso hacia delante y a ganar partidos”, asegura Cachín, quien llegó al Mutua Madrid Open 2023 con récord de 1-2 en Masters 1000. Ahora es de 4-2. “Espero que ese resultado sea un punto de inflexión en la temporada. Confío en los procesos”.

El idilio de Cachín con España nació a mediados de 2014. En ese momento decidió radicarse en Barcelona y encomendarse a las órdenes de Álex Corretja, No. 2 del escalafón en 1999. “Él me cambió la vida. Dentro y fuera de la pista. Es como un padre para mí”, dijo este lunes el cordobés. Corretja fue entrenador principal de Cachín durante cuatro años. Luego ha seguido asesorándolo a la distancia.

“Me fui a vivir a Barcelona hace 9 años”, reconoce. “Me salió la oportunidad de trabajar con Álex Corretja. Él entiende como nadie los momentos del tenis. Como jugador no tenía unos tiros excelentes, pero sí una cabeza y una comprensión del juego que iban mucho más allá. Da en la tecla en muchas situaciones”.

Ese vínculo tan importante en la carrera de Cachín fue producto de su anhelo de reinventarse. Pudo haberle hecho caso al impulso de seguir rodeado de lo familiar. Siendo un adolescente, prefirió un mundo nuevo, aunque este implicara muchas veces soledad, nostalgia y deseo de regresar. “Aposté por irme para invertir en mi carrera. Lo mejor era irme a Europa, y aquí sigo”, explica.

Eso sí, Cachín se fue hace mucho de su ciudad natal, pero su ciudad natal no se ha ido de él. Queda claro con su afición por Boca Juniors y la selección argentina, cuando carga su mate para todas partes y cada vez que hace un asado argentino. El último que organizó, antes del ATP 500 de Barcelona, estuvo concurrido en su casa en Sant Cugat del Vallès. Acudieron varios de sus compatriotas del circuito, incluido Diego Schwartzman y ‘Fran’ Cerúndolo. No faltó el Fernet.

Pero por muy argentino que siga siendo, esta semana también tiene motivos para ser apoyado por el público en la Caja Mágica. Cachín es casi un español más y espera seguir demostrándolo, esta vez ante Jan-Lennard Struff, por un lugar en cuartos en Madrid. “Struff ya ha demostrado el jugador que es, pero yo tengo muy buenas sensaciones para seguir. Espero disfrutarlo al máximo”.