
Miami siempre obtiene las mejores versiones de Roberto Bautista Agut. En esta ciudad ganó su primer partido en el ATP Tour, y también ha vencido a Novak Djokovic estando en el No. 1 y a Daniil Medvedev estando en el No. 2. Y no es fruto de la casualidad. Hay varias razones para pensar que Miami es tierra fértil para el castellonense.
La primera es el tiempo de calidad que tiene antes de empezar a competir en el Miami Open presentado por Itaú. Este año, por ejemplo, ya estuvo navegando y dedicado a la contemplación. “Aquí tengo amistades y ya hemos salido en barco a ver el atardecer. Antes del torneo suelo hacer eso y otros planes chulos. Hay que saber desconectar”, asegura Roberto en charla con ATPTour.com.
El calendario ayuda. Después de Indian Wells tiene el tiempo suficiente para descansar y prepararse para el Miami Open presentado por Itaú. Ideal para detenerse y reiniciar. “Siempre vengo con tiempo y siempre hay algo para hacer aquí en Miami para entretener la mente. Por eso siempre cojo este torneo con ganas e ilusión”, añade el No. 28 del mundo.
El estado emocional con el que empieza su participación en el Masters 1000 es muy distinta a la de otros torneos. Por lo general, parte renovado en el cuadro. “Miami me gusta, me da buena energía, me motiva porque es especial”. Y eso se nota en la pista. En 2021 fue semifinalista (p. con Sinner) y en 2019 alcanzó los cuartos (p. con Isner) dejando en el camino a Novak Djokovic.
Y, por si fuera poco, Bautista se siente como local por la cultura hispana de la ciudad. Incluso desde el primer partido que disputó en el cuadro principal de este evento, cuando todavía se disputada en Key Biscayne. Fue en 2012 cuando superó al italiano Andreas Seppi para sumar su primer triunfo oficial en cuadros principales del ATP Tour.
“Miami es una ciudad en la que hay mucho latino. Se habla mucho español. Y los tenistas españoles recibimos mucho apoyo del público aquí”, asegura el once veces campeón del ATP Tour. “He jugado bastante bien los últimos años en este evento. Además, tiene condiciones que se adaptan bien a mi juego. Ojalá este año pueda hacer un buen torneo”.
Otra carrera profunda en el segundo Masters 1000 del calendario tenístico serviría como bálsamo después de no poder sumar triunfos consecutivos desde febrero. “Este último tiempo no ha sido bueno en resultados. Me encuentro físicamente bien, pero hay que tener paciencia. A veces los resultados son caprichosos”.
Su próximo rival será justamente su último verdugo: el finlandés Emiil Rusuvuori. “Voy con ganas de afrontar mi primer rival. Si consigo pasar ese partido seguro haré un buen torneo”, puntualiza el diestro de 34 años. Después de varios días recargando baterías en Florida, quizá juegue con una perspectiva distinta.