
Con 38 años, Rafael Nadal cerró su carrera legendaria el pasado 20 de noviembre, jugando por España en las Finales de la Copa Davis en Málaga. Tras más de dos décadas en la élite (22 años), construyendo un legado irrepetible tanto dentro como fuera de la pista, el español cerró su etapa como jugador de tenis, poniendo punto y final a una aventura espectacular que le ha llevado a convertirse en una de las grandes figuras de la historia del deporte.
Después de dar un paso al lado, el campeón de 22 títulos de Grand Slam abrió un nuevo capítulo en su vida dedicado a la familia, y a otros muchos proyectos que el balear tiene por delante.
Por ejemplo, Nadal viajó tres días a Jeddah para asistir a las Next Gen ATP Finals presented by PIF, donde tuvo oportunidad de conocer a Alex Michelsen, Jakub Mensik y Joao Fonseca, que terminó consiguiendo el título de campeón. Además de ver algunos partidos, Nadal también impartió un clinic para niños en las pistas del club The Racquet Space de Jeddah, regalándoles un momento inolvidable.
Entremedias, el mallorquín también ha tenido tiempo para disfrutar de otra de sus grandes pasiones: el fútbol. Reconocido seguidor del Real Madrid, Nadal visitó a Pep Guardiola y los jugadores del Manchester City, como Erling Haaland, Bernardo Silva, Jack Grealish o Manuel Akanji, en la Manchester City Football Academy.
Sin perder de vista la Rafa Nadal Academy by Movistar, el centro de alto rendimiento que sigue siendo uno de los proyectos más importantes en el ecosistema del balear. Nadal, un habitual en el día a día y también en la toma de decisiones, estuvo presente hace unos días en el primer título de categoría ITF (15.000$) conquistado por Naoya Honda, jugador de la academia. Nadal estuvo en la grada, animando al jugador japonés.
El ganador de 92 títulos ATP Tour, por supuesto, ha aprovechado además para disfrutar de otra de sus grandes pasiones: el golf.
Con un handicap de 0,3, Nadal ha seguido disputando torneos, algunos con el equipo de la Rafa Nadal Academy, disfrutando de otra de sus grandes pasiones y, quizás, dando pasos hacia asaltar nuevos retos en otro deporte. Esta vez, con una bolsa de palos de golf al hombro y en mitad de la naturaleza.