Nick Bollettieri, Entrenador Visionario De 10 No. 1 Mundiales, Fallece A Los 91 Años

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Nota del editor: Esta es una versión actualizada de un artículo originalmente publicado en ATPTour.com en julio de 2021.

Nick Bollettieri nunca trató de revolucionar los métodos de enseñanza en el tenis, ni mucho menos ser reconocido a nivel mundial. Sin embargo, durante las últimas seis décadas, este carismático jugador de fútbol americano y paracaidista, fallecido este lunes a los 91 años, nunca dejó de aprender sobre el deporte. Ya fuese en sus tiempos en Coral Gables y Victory Park en North Miami Beach, fuese en Synder Park en Springfield (Ohio), en la Port Washington Tennis Academy o en el Dorado Beach Resort en Puerto Rico, en Beaver Dam (Wisconsin), en The Colony Beach & Tennis Resort de Sarasota, o en un antiguo campo de tomates de Bradenton (Florida), su hogar durante los últimos 40 años.

Bollettieri conoció las pistas de tenis junto a su tio, John Lighfoot, en el New Rochelle County Club. Desde entonces, empleó la filosofía de Vince Lombardi, así como la disciplina y la dedicación necesaria para saltar de una aeronave a 14.000 pies en la 187th Airborne Division de la Armada de EE.UU a su liderazgo como visionario, instruyendo a talentos jóvenes en un proceso firme. "Se trata de golpear centenares de pelotas durante cuatro o cinco horas cada día, ajustar la escuela entre las sesiones de entrenamiento, pasar tres o cuatro fines de semana cada mes en torneos", afirmó Bollettieri a ATPTour.com en 2021. "Hay que pagar el precio para ser un campeón. Nada sucede por accidente. Si pasa, lo hace una vez en la vida. El éxito se logra con sangre, sudor, lágrimas, frustración y la determinación para conseguirlo".

Con la ayuda de Julio Moros, Steve Owens, Sammy Aviles, Chip Brookers, David Brewer y Mike De Palmer Sr., entre otros entrenadores, Bollettieri sacó el deporte de los clubes de condado y las canchas públicas, lejos del modelo tradicional de college hacia el circuito profesional. Condujo a centenares de deportistas con aspiraciones profesionales a través del primer programa de entrenamiento a tiempo completo en la Nick Bollettieri Tennis Academy (ahora llamada IMG Academy), que abrió sus puertas en noviembre de 1981, gracias a un préstamo de 1.8 millones de dólares de Louis Marx, propietario de Marx Toys. "No puedes hacerlo solo, necesitas un equipo", indicó Bollettieri. "Si hubiera pensado lo que hacía, nunca hubiera llegado hasta aquí. Simplemente lo hice. La mayoría de la gente piensa demasiado. Nunca te avergüences de decir que estás nervioso. Cuando hice mi primer salto, me preguntaban cómo me sentía. Me dije: 'Llevo un pañal puesto. ¡Estoy tan nervioso!' Pero encontré la manera de controlar mis nervios para hacerlo. Es parte de la vida".

Con un asesoramiento técnico y estratégico diseñado para cada jugador, Bollettieri y su leal equipo de entrenadores, preparadores físicos y psicólogos deportivos emplearon el análisis en vídeo para desarrollar a tenistas como Carling Bassett, Kathleen Horvath, Jimmy Arias, Andre Agassi, Jim Courier, Monica Seles y Maria Sharapova a través de trabajo y competición diaria. "Bollettieri funcionaba así: aquí hay un bote de pelotas, 30 tipos que son muy buenos, batamos la mente de todos cada día", reconoció Arias a ATPTour.com en 2021. Un total de 10 No. 1 - e incontables figuras del Top 10 - hicieron de las instalaciones de Bradenton (Florida) su base de entrenamientos. Tras una inversión de 7 millones de dólares en 1987, la Academia se extendió a través de Mark McCormack y Bob Kain, agentes de IMG, hasta acoger actualmente a atletas de ocho deportes diferentes en una instalaciones de más de 500 acres.

"Nick proporcionaba un entorno profesional único en su revolucionaria academia para amateurs como yo que aceleraban nuestro progreso, enseñándonos disciplina y estructura," reconoció Courier, cuya madre contactó a Bollettieri pidiéndole cambiar la empuñadura de béisbol de revés de su hijo durante sus cuatro años en la Academia. "La Academia nos preparaba a nivel técnico, de preparación física y mental para los desafíos futuros. La competición diaria sencillamente no existía en ningún otro lugar del mundo. Esas habilidades no solo me ayudaron a conseguir mis sueños en el deporte sino que también fueron motivo de éxito en los negocios para muchos estudiantes". Courier, como Seles, tenía una impecable ética de trabajo.

Llegar al Stadium Court fue siempre el objetivo final en la Nick Bollettieri Tennis Academy. Tras regresar de cuatro horas de clase en una de las dos escuelas cercanas, los estudiantes encontrarían a Bollettieri con la espalda descubierta y pensando en su bronceado, portando gafas de sol y lanzando pelotas de tenis sin descanso. Confiaba en que sus mejores alumnos brillaran. Había una energía distinta cuando estaba presente, dado que cualquier jugador deseaba (y necesitaba) impresionar al entrenador que más respetaba. Al preguntarle qué esperaba en un alumno, Bollettieri, que alimentaba, alojaba y entrenaba a muchos de sus alumnos con sus propios medios, reconoció a ATPTour.com. "Lo que hacen sin decir una palabra. Su actitud, su determinación y su estado físico. La velocidad de pies también es importante. No me fijo en la empuñadura, pero presto atención a lo que hacen para hacerles mejorar en todo momento".

Sin lugar a dudas, fue la derecha de Arias, que Bollettieri vio por primera vez en The Colony en noviembre de 1977, la base de su enseñanza - y la de sus entrenadores - de este golpe en el futuro. "Ese primer día, Mike DePalmer Jr. y yo estuvimos peloteando durante 15 minutos. Nick vino y empezó a darme pelotas", dijo Arias. "Él las lanzaba, pero tenía a alguien recogiendo las pelotas y devolviéndoselas. Salí de la pista y le dije a mi padre, que es español: "¿Qué opinas?" Mi padre dijo: "Creo que es la cosa más estúpida que he escuchado en mi vida. ¿Cómo puedes estar golpeando a toda velocidad y parar?" Quería la raqueta en movimiento. Yo estaba golpeando al modo en que todos hacen ahora. No se daban cuenta de que podría golpear duro bajo presión y mucha gente me decía que no lo lograría. Por eso Nick acabó de darme pelotas en la derecha y les dijo a sus entrenadores: "Esa es la derecha Bollettieri". Pero era mía, la 'derecha Tony Arias'. Así que Nick comenzó a enseñarla".

Una década después, cuando se criticaba que Bollettieri no sabría enseñar a sus jugadores cómo volear, Courier, Agassi y Seles comenzaron a conectar grandes voleas.

Con un coste de 1.500$ dólares mensuales por asistir a la Academia en los años 80, los entrenadores preparaban sandwiches de mantequilla de cacahuete y gelatina para comer, antes de los trabajos en pista, gimnasio y cancha hasta las 5:30pm. "Los cocineros prepararían la cena en un motel de 20 habitaciones - a menudo spaghetti y carne. Después tocaría limpieza, deberes y registro de habitaciones", recordó Bollettieri. "Cuando el chef libraba los domingos, se preparaba bacon y huevos en una gran sartén. La cena sería de KFC o pizza. Había mesas de picnic en la autopista y los chicos comían por turnos. Una piscina de 1.200 metros cuadrados pronto necesitaría ser llenada, así como una estructura construida para el estudio. Además, el padre de Carling, John Bassett, proporcionaba autobuses para trasladar a todos. Los jugadores más jóvenes solían enfrentarse a tenistas más veteranos para forjar un ambiente competitivo.

"Nick siempre fue un gran motivador y diseñaba planes de juego para atacar las debilidades del rival", recordó Aaron Krickstein, que siguió los pasos de Arias hasta alcanzar el Top 10 del Pepperstone ATP Rankings con 17 años. "Era un tipo divertido con el que jugábamos a las cartas e íbamos a la piscina. Era una influencia positiva. Al mismo tiempo, no toleraba las cosas sin sentido y deseaba sacar lo mejor de sus estudiantes. Nick podía entrar en la mente de un alumno, es algo que hacía muy bien".

Había muchas travesuras entre los 300 alumnos. David Wheaton, invitado a la Academia en enero de 1985 y parte de un grupo de entrenamiento junto a Agassi, Courier y Martin Blackman, recordó a ATPTour.com un incidente notable. "Andre había vestido pantalones vaqueros en un torneo al norte de Florida. Cuando regresó a las instalaciones, Nick estableció un comité disciplinario con los estudiantes en las grades", dijo Wheaton, que se mudó junto a su familia para asistir a la Academia en 1985. "Eran las 12.30PM y Andre estaba en el dormitorio junto a la cancha. Salió y dijo: '¿A qué hora es mi entrenamiento?' Nick llevaba en cancha desde las seis de la mañana y Andre dijo: 'No olvides que tengo cita en el peluquero a las 2:30pm".

Agassi siempre fue uno de los favoritos, y como joven estadounidense enseñó a Bollettieri la importancia de escuchar. Bollettieri estaba sentado en el box de jugadores de la Centre Court cuando el de Las Vegas ganó el título de Wimbledon 1992 - la promoción definitiva para la Academia. Nick estuvo dos años viajando junto a Boris Becker, antes de seguir guiando a figuras como Yannick Noah, Mary Pierce, Venus y Serena Williams, Marcelo Ríos, Martina Hingis, Anna Kournikova, Tommy Haas, Jelena Jankovic, Max Mirnyi y Kei Nishikori.

Bollettieri fue consciente de su fama en un momento dado. "Una vez en el US Open llegué a la entrada. Cuando entré junto a mi agente había firmado 300 autógrafos". No está mal para un neoyorquino, hijo de inmigrantes italianos, que dejó la escuela de leyes de la Universidad de Miami a los cinco meses y comenzó a enseñar tenis por 3 dólares a la hora mientras la primera de sus ocho esposas viajaba alrededor del mundo para recibir consejos de entrenadores rivales.

"Era un gran promotor, una personalidad eléctrica y un gran motivador", reconoció Brian Gottfried, la primera historia de éxito de Bollettieri desde su primer encuentro en Springfield en 1961. "No pensé o conocía su futuro. Sé lo que hizo por mí. Tenía un fuerte sentido de la disciplina, me identifica con él porque eso me gustaba. Sus habilidades de motivación y técnicas eran muy buenas. Podrías decir que no había jugado mucho, pero era un gran aprendiz, imitador y observador. Su corazón era su mayor atributo, no sé cómo le cabía en el pecho. Jamás me cobró un centavo".

"Mis padres me dieron el coraje para intentar las cosas. Estar en los paracaidistas que querían ser los mejores de los mejores y el famoso entrenador Vince Lombardi.", respondió Bollettieri al ser consultado por sus tres mayores influencias en 60 años dedicados al deporte. "Me introdujo en mis primeros campamentos en 1968 en la Wayland Academy en Beaver Dam (Wisconsin), que se convertirían en los mayores campamentos de verano del mundo y plantaron las semillas de lo que sería la Nick Bollettieri Tennis Academy".

Bollettieri trabajó sin descanso, creando el entorno que jugadores jóvenes necesitaban para prosperar. Se levantaba a las 4:30 a.m. cada mañana tras apenas cinco horas de descanso, hacía sus estiramientos diarios, sentadillas, pesas, y las primeras lecciones comenzarían media hora más tarde. Bollettieri jugaba al golf, nadaba y practicaba body surf entre sus rutinas. Dirigió la IMG Academy con el mismo entusiasmo y dedicación hacia el tenis que ayudó a revolucionar como un pionero. Su modelo de entrenamiento holístico se ha convertido en una referencia para el desarrollo académico, atlético y personal de jóvenes deportistas en todos los grandes núcleos de tenis del mundo.

"Con gran tristeza el tenis despide a una leyenda de nuestro deporte", dijo Andrea Gaudenzi, Presidente de ATP. "Nick Bollettieri fue una inspiración, guiando a grandes jugadores hasta la cima. Tuvo un constante amor y pasión por el tenis, durante muchas décadas, y será recordado como uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos. Nos deja un legado imborrable que seguirá forjando nuestro deporte para siempre".

El legado de Bollettieri está repleto de generosidad y las lecciones de vida que compartió siguen siendo recordadas por sus antiguos alumnos. Hoy, la IMG Academy en Bradenton - y el mundo del tenis - quedarán en silencio en honor a Bollettieri, que comenzó como un graduado en filosofía hasta dibujar una vida que desafió cualquier expectativa.