
Los últimos 35 días han sido de película para el danés Holger Rune. Y no solo porque ha ganado catorce de sus últimos 16 partidos, una racha que le ha permitido coronarse campeón en Estocolmo, y ser finalista en Sofía y Basilea; también por la adrenalina que ha tenido que soportar en este periodo, en especial desde el domingo pasado.
Después de la final del ATP 500 de Suiza (p. con Auger-Aliassime), viajó en carro por más de cinco horas para llegar a París, donde tampoco ha podido estabilizar el ritmo. Este martes en su debut del Rolex Paris Masters enfrentó tres match points antes de batir 4-6, 7-5, 7-6(3) al suizo Stan Wawrinka. Fueron dos horas y 30 minutos de partido.
El No. 18 del Pepperstone ATP Rankings (la mejor ubicación de su carrera) estuvo a dos bolas de perder el partido cuando sacaba en el 4-6, 4-5; y a una en su juego de servicio del 5-6 del tercer parcial. Sin embargo, el diestro de 19 años jamás bajó los brazos y terminó celebrando en la medianoche parisina.
Tendrá apenas unas horas para descansar. Este miércoles se enfrentará en segunda ronda al polaco Hubert Hurkacz, décimo sembrado y quien viene de vencer 7-6(5), 6-4 al francés Adrian Mannarino. Será el primer duelo entre ambos en el ATP Tour, y quien gane medirá en octavos de final a Andrey Rublev, séptimo preclasificado del torneo.
Rune buscará seguir dando sorpresas (seis triunfos de su racha han sido ante jugadores mejor ubicados en el escalafón). Aunque en París está utilizando lo último que le queda de combustible luego de un largo 2022. El danés concluirá su temporada la próxima semana en las Intesa Sanpaolo Next Gen ATP Finals en Milán, el torneo entre los ocho mejores tenistas sub-21 del año.
Wawrinka, por su parte, concluye así su temporada. El suizo, cuartofinalista la semana pasada en Basilea, registró un récord de 8-14 a nivel de gira en el año, pero se sentirá alentado por su reciente juego después de recuperarse de una cirugía del pie izquierdo en 2021.