Carlos Alcaraz ha completado este domingo su tercera jornada de entrenamientos en Paris La Défense Arena, la nueva sede del ATP Masters 1000 de París. El torneo abre era en el mayor recinto cubierto de Europa y lo hace con el No. 1 del PIF ATP Rankings como gran reclamo. La mudanza es oficial desde hace meses y llega con ambición de “subir varios peldaños” en la experiencia de jugadores y público… y el español quiere ser el primero en levantar el trofeo en el nuevo hogar de París.
El murciano ha ido afinando sensaciones con jugadores de perfiles distintos: primero Karen Khachanov —campeón en 2018—, en la toma de contacto con la pista nueva; después Arthur Rinderknech, local con un saque muy poderoso; y hoy Jiri Lehecka, con quien ha trabajado mucho saque y derecha. Tres sesiones útiles por ritmo, alturas de bola y lectura de primer golpe.
En el entrenamiento con Lehecka, Alcaraz insistió en patrones cortos (saque + derecha) y en el resto agresivo sobre segundo servicio, un ajuste lógico en pista dura bajo techo.
El sorteo del cuadro del campeón de seis grandes dibuja un recorrido con trampas desde el primer día. Alcaraz debutará ante el ganador del encuentro entre Cameron Norrie y Sebastián Báez; en octavos podría esperarle Lehecka; en cuartos, nombres como Auger-Aliassime o Casper Ruud; y en semifinales, amenazas del tipo Taylor Fritz o Alex de Miñaur. La final, si todo acompaña y se cumple la lógica de los cabezas de serie, volvería a ser con Jannik Sinner.
Más allá de rivales, el foco estará en las condiciones: en su rueda de prensa previa, Alcaraz subrayó que la pista y su velocidad “no tienen nada que ver con el año pasado” —un matiz que puede influir en patrones de servicio y resto a este nivel—.
París es una asignatura pendiente para el No. 1: es uno de los tres ATP Masters 1000 que faltan en sus vitrinas, junto a Canadá y Shanghái. Su mejor resultado en la capital de Francia son los cuartos de final de 2022, cuando se retiró ante Holger Rune.
En 2025, sin embargo, París estrena sede y oportunidad evidente. El estado de forma de Alcaraz en 2025. El español llega con un balance de 67-7 y ocho títulos en el año, y con el plus anímico de haber recuperado el No. 1 tras su triunfo en el US Open. En las últimas semanas renunció a Shanghái por un esguince de tobillo. Su propio equipo insiste en que es “la vez que mejor se siente” a estas alturas de temporada.
Así las cosas, peligro: Alcaraz está con hambre y con un nivel de tenis que le permite soñar absolutamente con todo.