
Para celebrar el final de la histórica carrera de Rafael Nadal en las finales de la Copa Davis de esta semana en Málaga, ATPTour.com publica una serie de artículos que rinden homenaje al español. Mira nuestra serie #RafaSiempre.
Cuando Rafael Nadal conoció la adorada hierba de Wimbledon en 2003, una gran expectación giraba en torno al joven español, sugiriendo su potencial para dominar en los mayores escenarios. Con 17 años, Nadal, pese a su estatura media y portar una camiseta Nike holgada, mostró una tenacidad que iba más allá de su edad. El balear superó al antiguo No. 7 mundial Mario Ancic en cuatro sets, firmando su primera victoria en un major. La aventura de Nadal hasta la tercera ronda de 2003 le convirtió en el hombre más joven desde Boris Becker en 1984 capaz de colocarse entre los últimos 32 candidatos de Wimbledon.
Al salir de Londres aquel verano, Nadal se llevó consigo una expectación enorme, pero quedaba mucho trabajo por delante. Pocos podrían imaginar la monumental carrera de Grand Slam que llegaría a levantar.
Con 314 victorias en Grand Slam y una épica colección de 22 títulos en su palmarés, ATPTour.com repasa los principales momentos del español en los cuatro grandes, pasando de ser un prometedor debutante a escribir la historia con sus golpes.
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Nadal se perdió la segunda mitad de la temporada 2021 por una lesión en el pie izquierdo y llegó a Australia con escasos partidos recientes. Aunque ganó el torneo ATP 250 de Melbourne en los días previos, las expectativas con el español eran pequeñas antes del Abierto de Australia 2022.
Dos semanas más tarde Nadal era campeón del torneo por segunda vez en su carrera, firmando una de las mayores remontadas en una final de Grand Slam. El español levantó dos mangas para batir a Daniil Medvedev, alcanzando la victoria por 2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4, 7-5 en cinco horas y 24 minutos para lograr su 21ª corona de Grand Slam - el récord histórico en ese momento.
”Esta noche ha sido muy especial”, dijo Nadal. “He dado todo lo que tenía dentro, creedme. Estoy agotado en todos los sentidos. No puedo siquiera celebrar. Pero era un día para darlo todo y he disfrutado. He gozado la batalla, He disfrutado las emociones. Al final, tener este trofeo conmigo hoy lo significa todo”.
La victoria de Nadal sobre Medvedev sirve para definir la carrera del español. Las esperanzas parecían perdidas cuando se vio 2-6, 6-7(5), 2-3, 0/40, pero jamás se rindió, exprimiendo todas sus fuerzas para arrebatar el trofeo a Medvedev. Esa noche en Melbourne es la más épica de Nadal en el Abierto de Australia, seguida de cerca por el título conseguido en 2009, donde venció a Roger Federer en cinco mangas para ganar su primer trofeo en el torneo.
Federer se tomaría la revancha ante Nadal en la final de 2017, uno de los cuatro partidos por el título que el español perdería en Melbourne. El momento más duro para el mallorquín en una final se produjo en 2012, cuando fue vencido por Novak Djokovic en cinco mangas. El duelo se extendió durante cinco horas y 53 minutos, superando a la final de Grand Slam más larga hasta entonces registrada por Matt Wilander e Ivan Lendl en el US Open 1988.
Nadal, que cayó ante Stan Wawrinka en la final de 2014 y nuevamente ante Djokovic en la de 2019, levantó un balance de 77-16 en Melbourne, donde pisó al menos los cuartos de final en 14 de sus 18 participaciones. Su primera victoria en el AO tuvo lugar en 2004 ante Michael Tabara.
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La saga de Nadal en Roland Garros es una leyenda tenística y deportiva única. Es una historia de entrega, gloria y un dominio cercano a lo mítico sobre la tierra batida de París. Desde que irrumpiera en la escena en 2005, Nadal convirtió el torneo parisino en un reino personal, conquistando la asombrosa cifra de 14 títulos. Este récord no es una mera colección de victoria, es una crónica de resistencia, brillantez táctica y pasión eterna.
La presentación de Nadal en Roland Garros en 2005 fue sensacional. Con apenas 19 años, atravesó con fuerza el torneo, con una exuberante juventud sumada a una tenacidad que trascendía su edad. El español derrotó al entonces No. 1 mundial Roger Federer en las semifinales, sumando su primera victoria de arcilla ante el suizo, antes de desbordar a Mariano Puerta en la final, marcando el nacimiento de una nueva era en el tenis. Su primer trofeo fue el inicio de lo que se convertiría en una extraordinaria historia de amor con Roland Garros.
Entre 2005 y 2008, Nadal dio forma a una era de dominio, levantando cuatro trofeos consecutivos en París ante la presencia de Federer. Las victorias finales del español sobre su gran rival en 2006, 2007 y 2008 fueron notables, cediendo apenas cuatro juegos ante el helvético en 2008. Fue una actuación que asombró al mundo del tenis y forjó su apodo: el ‘Rey de la Arcilla’.
”Juega como si tuviera dos derechas desde la línea de fondo, porque tiene una posición abierta en ambos lados”, dijo Federer tras sufrir la mayor derrota en Grand Slam de su carrera en ese momento. “Tiene una enorme ventaja y es muy fuerte mentalmente”.
La temporada 2009 supuso un giro atípico para la historia de Nadal en Roland Garros. Contra todo pronóstico, fue vencido por el sueco Robin Soderling en la cuarta ronda. Fue la primera derrota que Nadal sufría en la tierra batida de Roland Garros, donde Soderling rompió la pelota desde ambos flancos para vencer en cuatro mangas. El aura de insensibilidad de Nadal en Roland Garros había sufrido una grieta. Para muchos, fue un shock. Para Nadal, una fuente de motivación”.
El año siguiente llegó dispuesto a tomar el testigo, recuperando su trono y empezando una nueva era de dominio. Su triunfo en 2010, derrotando a Soderling en la final para completar la revancha, fue el primero de cinco títulos consecutivos, un período en el que adaptó su juego para superar a rivales emergentes y preservar sus condiciones físicas. La victoria en cuatro mangas sobre Djokovic en 2012 fue histórica, superando el récord de Bjorn Borg con su séptimo título.
Nadal encontró nuevos desafíos cuando las lesiones y una feroz competencia pusieron a prueba su reino a mediados de la década. Pese a todo, en 2017 volvió a hacer historia con ‘La Décima’ - su 10ª conquista en este Grand Slam. Tras derrotar a Stan Wawrinka en mangas corridas, el español plasmó su icónica celebración, dejándose caer sobre la arcilla antes de levantarse para recibir el aplauso de la afición en la Philippe Chatrier.
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La historia no terminaría allí. Nadal siguió plasmando una carrera mágica sobre la arcilla, sumando los títulos en 2018, 2019 y 2020. Cada victoria fue un capítulo añadido a su epopeya, quedando la final de 2020 ante Djokovic como una clase maestra de tenis sobre tierra batida. Sin entregar un set, Nadal exhibió su dominio ganando el trofeo en octubre después de la Covid-19 hubiera forzado la suspensión del torneo en mayo.
En 2022, el legado de Nadal fue grabado con mayor fuerza en los anales de la historia de Roland Garros con su 14º y último trofeo en el torneo. Nadal venció a Casper Ruud entregando apenas seis juegos, volviendo a recordar por qué Roland Garros ha sido nombrado a menudo como su patio trasero.
Nadal terminó su carrera ostentando un balance de 112-3 en el torneo. En ninguna de sus 14 finales fue llevando a la quinta manga, y Federer describió su récord en el torneo como ‘una de las mayores hazañas en el deporte’.
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Tal y como ocurrió en 2006 y 2007, Nadal llegó a Wimbledon 2008 después de coronarse sobre la tierra batida de Roland Garros, batiendo a Roger Federer en la final. En los dos años anteriores a 2008, el español había perdido en el partido por el título sobre la hierba londinense. Sin embargo, hubo síntomas de que Nadal estaba cada vez más cerca de Federer en Wimbledon en 2007, cuando cedió en la última ronda en cinco sets.
La culminación del esfuerzo de Nadal llegó en 2008. En su camino hasta la final de Wimbledon, el español sólo había cedido un set en los seis partidos que había disputado y su inicio en la final no pudo ser mejor. Nadal se adelantó dos sets y parecía dispuesto a romper su racha en el Grand Slam londinense antes de que Federer elevara su nivel para igualar el partido. A las puertas de caer la noche en Wimbledon, casi a oscuras, Nadal encontró una marcha más para sellar una victoria que se recuerda como uno de los mejores partidos de todos los tiempos. La victoria de Nadal en cuatro horas y 48 minutos se selló a las 9.15 pm hora local, acabando con el reinado de cinco títulos seguidos de Federer en Wimbledon y supuso el primer gran título de Nadal fuera de Roland Garros. Fue la primera vez desde Bjorn Borg en 1980 que un jugador enlazó las coronas de Roland Garros y Wimbledon.
“Estoy muy contento porque he jugado con una actitud muy positiva todo el tiempo”, dijo Nadal entonces. “Ganar aquí es increíble para mí”.
El segundo título en Wimbledon de Nadal lo consiguió en 2010, cuando derrotó a Tomas Berdych en la final con una gran actuación, demostrando su capacidad de adaptación y su inteligencia a nivel táctico. Su habilidad para ajustar su juego a las pistas de hierba —con golpes de fondo más planos y mayor agresividad en el juego en la red— consolidaron su triunfo en 2010.
El español se enfrentó a más desafíos en Wimbledon que en ningún otro Grand Slam. Sufrió una pronta derrota ante Lukas Rosol en 2012, también en 2013 contra Steve Darcis y en 2015 con Dustin Brown, perdiendo antes de alcanzar los cuartos de final en siete de sus 15 participaciones. Más tarde, alcanzó las semifinales en Londres en 2018, 2019 y 2022. Mientras que en 2018, se enfrentó a Djokovic en una descomunal semifinal que se prolongó durante dos días y acabó perdiendo en cinco sets. En 2019 sufrió una nueva derrota ante Federer en el primer duelo entre ambos en el torneo desde 2008.
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Nadal se estrenó en el US Open en 2003, pistando la pista de Nueva York a los 17 años como una gran promesa. Aunque su primera participación acabó en segunda ronda, quedó claro que Nadal tenía un enorme potencial para convertirse en un jugador a tener en cuenta en pista dura. Su agresividad desde la línea de fondo y su actitud de no dar una bola por perdida conectaron con el público neoyorquino, que apreció su tenacidad y pasión.
La verdadera irrupción de Nadal en ‘La Gran Manzana’ se produjo en 2010. Entonces ya era campeón de varios Grand Slam en tierra batida, césped y pista dura. Había llegado a Nueva York con el objetivo de conquistar Flushing Meadows, el único escenario que le quedaba pendiente. Ese año, ya se había corona en Roland Garros y Wimbledon. Nadal no perdió un set en su camino a la final y acabó cerrando la victoria en cuatro sets frente a Djokovic, para lograr el título en el US Open y completar el Grand Slam en la carrera.
“Aún tengo 24 años. Para mí, es un sueño tener el Grand Slam en la carrera, pero también es un sueño ganar el US Open”, señaló Nadal. “Es una sensación increíble, porque he trabajado mucho durante toda mi vida, en todos los momentos difíciles para estar aquí, pero nunca imaginé conseguir los cuatro Grand Slam”.
La relación de Nadal con el US Open fue una mezcla de sensaciones. En 2011, llegó a la final pero esta vez Djokovic fue quien se quedó con el triunfo en un partido a cuatro sets de máxima intensidad. Al año siguiente, las lesiones le obligaron a perderse el torneo, un duro recordatorio de la exigencia física a la que le sometía su estilo de juego. Estos contratiempos no detuvieron a un Nadal, que volvería aún con más fuerza.
La temporada 2013 fue el año del resurgir de Nadal. Después de una etapa plagada de problemas en la rodilla, regresó con energías renovadas. Su camino al título le vio inclinar a Djokovic en otra memorable final, lo que lo impulsó hasta el No. 1 del PIF ATP Rankings en octubre.
Después de caer en la tercera ronda en 2015 y en la cuarta ronda en 2016, Nadal volvería a conquistar el trofeo en 2017, cuando derrotó al sudafricano Kevin Anderson en el partido por el título. Quizás, el capítulo más dramático de Nadal en el US Open se remonte a 2019, cuando al otro lado de la red se topó con Daniil Medvedev, un rival al que el español acabaría derribando dos años y medio después también en Melbourne. En una épica batalla a cinco sets, Nadal dio muestras de todas las cualidades que lo definen como leyenda: resistencia, habilidad táctica y un espíritu indomable. Tras casi cinco horas de lucha, Nadal logró la victoria, rompiendo en lágrimas de alegría y agotamiento.
Nadal, cuatro veces campeón en Nueva York, se encuentra junto a John McEnroe en la segunda posición de jugadores con más trofeos ganados en la Era Abierta en Flushing Meadows. Sólo Pete Sampras, Jimmy Connors y Federer (con cinco) mejoran esta marca.