
Jean-Julien Rojer y Horia Tecau han ganado cada uno dos ATP World Tour Masters 1000, incluyendo el título del Mutua Madrid Open la pasada temporada. En su regreso a la tierra del Monte-Carlo Rolex Masters, el tándem comparte sus mejores recuerdos y por qué este torneo en particular es tan especial.
¿Qué Masters 1000 es su favorito y por qué?
Tecau: Hay muchos bonitos. Me gusta mucho Montecarlo, disfruto mucho de Madrid, aunque Indian Wells es probablemente el más bonito por su entorno, sus instalaciones, por la comodidad para los jugadores, por la temperatura.
¿Qué recuerdo más especial guardan de un Masters 1000?
Tecau: Conseguir el primer título siempre es memorable. El año pasado también fue muy especial en Madrid porque ganamos sin ceder un set. Pero el primer título que logré en Cincinnati 2012 (con Robert Lindstedt) fue muy especial porque vencimos a los Bryans en semifinales y a Bopanna/Bhupathi en la final. Ese fue el primer gran título que gané tras perder algunas finales de Grand Slam.
Rojer: Miami es el primero que me viene a la cabeza porque me mudé allí cuando tenía 12 años y entrené en las instalaciones donde se disputa el torneo durante muchísimo tiempo. Ganar allí con Aisam-Ul-Haq Qureshi en 2013 fue como completar el círculo. En la final pude tener a mi familia y amigos. Fue uno de los mejores recuerdos de mi carrera.
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¿Y el mejor recuerdo fuera de pista?
Rojer: Siempre disfruto de la fiesta oficial de jugadores en Montecarlo. Muchos jugadores participan en ella aunque siempre haya quien diga ‘no, este año no voy’ y luego todo el mundo va. Es una de las mejores actividades.
Tecau: Me encanta, sí. Es muy especial.
¿Qué partido de ensueño tendrían en un Masters 1000?
Rojer: Lo siento, pero voy a tener que substituirte en este. Me gustaría jugar con Roger [Federer]. Quizá no sea una respuesta muy elaborada pero creo que es el mejor de todos los tiempos y estaría genial poder jugar con él. En cualquier torneo y ante cualquier rival.
¿Han visto un partido de Masters 1000 que le haya dejado con la sensación de decir ‘Wow, qué gran partido’?
Tecau: ¡Cada día!
Rojer: Cada día, aunque recuerdo mucho un Coria-Nadal. La final de Roma de 2005. Soy muy amigo de Coria y le había visto grandes partidos en Montecarlo aunque este en particular fue, para mí, uno de los mejores partidos de todos los tiempos.