
La confesión de Horacio Zeballos llegó entrada la noche del sábado, cuando se proclamó por primera vez campeón de Grand Slam al lado de Marcel Granollers. Hasta hoy, el argentino había cedido tres finales grandes, por las cinco del español. Pero todo cambió en la Philippe Chatrier, cuando la pareja resistió a Joe Salisbury y Neal Skupski para conquistar Roland Garros. Y entonces llegó el secreto al descubierto de Zeballos.
“Le había pedido consejo a John McEnroe, a Tim Henman, a Carlos Alcaraz…”, reconoció el argentino “A ver qué tenía que hacer diferente en una final. Porque obviamente nos habíamos quedado a las puertas ya varias y quería buscarle la vuelta. Así que le pedí consejos a los campeones porque realmente la quería ganar”, prosiguió. “Carlos me lo dijo en dos palabras: ve y gana. No te quedes con nada. Ganes o pierdas, después quédate con la tranquilidad de que saliste a ganarla y que no dejaste nada en el cuerpo”.
Esa emoción que ambos exhibieron en la pista tras el triunfo se trasladó luego a la sala de prensa, donde los dos siguieron desbordado por la felicidad del momento.
“Es una alegría única”, dijo Zeballos. “A mis amigos, en el club de mi padre, les decía desde pequeño que ojalá ganase Roland Garros. Y hoy se nos dio, tras varias finales, tras veces que nos habíamos quedado con las ganas. Hoy pudimos lograrlo en el torneo más especial para mí”, añadió.
“Llevábamos muchos años con muy buenos resultados y las finales que hemos perdido han sido momentos difíciles”, explicó Granollers. “Hemos sabido aguantar bien juntos. Hemos seguido trabajando para mejorar como pareja. Nunca hemos parado de intentarlo y hoy tenemos el premio, así que estoy muy feliz”.
Y entonces, ¿qué pesa más? ¿La felicidad por el triunfo o el alivio por haberlo logrado?
“En este momento, el alivio”, respondió sin dudarlo el argentino. “Veníamos trabajando durísimo, especialmente en estas rondas. Ya habíamos hecho tres semifinales seguidas de Roland Garros. Varias semifinales de otros torneos. Algunas finales. En este momento siento mucha alegría, pero más alivio que nada”, insistió. "Yo creo que peso 10 kilos menos hoy. La verdad que ayer fue bueno para descansar un poco, pero la cabeza iba rápido y al jugar a las siete de la tarde tienes todo el día para pensar”.
“Es como dice Horacio”, le siguió Granollers. “Al final, estás con muchas ganas de ganar, de darle la vuelta, pero quieras o no, tienes aquí al diablo que también te habla y te dice que no dejes escapar otra final”, aseguró el español. “No la hemos dejado escapar. Hemos ido a por el partido, como hemos dicho, y creo que nos lo hemos merecido”.