
Si hay un lugar en el que Nicolás Jarry puede ilusionarse con sumar su primera victoria en el ATP Tour desde mayo, ese es el US Open. En este evento no solo ha participado en seis ocasiones en el pasado, la mitad de estas en el cuadro principal. Aquí, en Flushing Meadows, también ha creado algunas de sus mejores memorias de su infancia.
Algunas imágenes ya se ven difusas en su mente, pero incluyen un scooter, una raqueta a su medida y muchos juegos con Federico Coria, quien también cumplió su sueño de vivir el US Open como aficionado y como participante.
“Aquí vine bastantes veces cuando era pequeño. La primera vez fue en 2005. Yo iba con una raqueta y una pelota para todos lados, jugaba, veía todos los partidos sin importar quién jugaba porque no era de tener algún ídolo. Y si tenía oportunidad de meterme algún estadio me metía con mi mamá o con algún chileno que estaba jugando o con mi abuelo. Yo pasaba todo el día acá”, recuerda Jarry en charla para ATPTour.com.
El tenis profesional no se asomaba aún como un proyecto de vida para Jarry. En ese momento prefería fútbol, rugby o ciclismo. Pero estar en el US Open por primera vez lo estimulaba a tal punto que no podía quedarse quieto y recorría todo el complejo en scooter.
“Eran de esos que se doblaban, sí. Yo iba para todos lados. Iba a las canchas de entrenamiento, me iba a comprar algo, me metía a las tiendas a comparar, veía un poquito tenis, venía a la sala de jugadores porque podía entrar. Hacía de todo”, agrega el chileno.
Su mayor cómplice era Fede Coria. “La sala de jugadores tenía en ese entonces muchos juegos de PlayStation, futbolito, ping-pong. Hay un video incluso en el que estaba jugando con Fede Coria cuando ambos éramos muy chicos, estábamos jugando PlayStation”.
Su experiencia de esos años como fan del torneo lo han ayudado a la hora de jugarlo. Al momento de salir a pista encuentra una comodidad que extraña en el resto de majors. “Para mí este torneo es bastante familiar. Me siento a gusto, en casa. Es el Grand Slam en el que más tranquilo me siento”, agrega.
Esa sensación va más allá de cualquier resultado. Pero, sin duda, ha ayudado a que gane. Quedó claro cuando pasó la ‘qualy’ en 2022, así como la temporada pasada al llegar a tercera ronda. El martes, cuando mida al australiano Christopher O’Connell, también podría ayudarlo a salir de una racha de seis derrotas en el ATP Tour.
“Este torneo no vengo con mayores expectativas. Después de salir de la lesión, he mejorado cada día. Estoy jugando buen tenis, y me encantaría poder trasladarlo a la cancha. No vengo con partidos ganados así que es un poco más difícil lidiar con puntos importantes porque no vengo con mucho rodaje, pero espero que pueda ganar un par de partidos”.