
Un día antes de disputar su tercera final consecutiva en Wimbledon, Carlos Alcaraz mantuvo la rutina. Sin estridencias y sin distracciones. El murciano entrenó este sábado durante una hora en las pistas de Aorangi Park, en el mismo escenario que ha utilizado casi durante toda la quincena para preparar sus partidos, y lo hizo con un objetivo claro: afinar los últimos detalles antes de medirse este domingo a Jannik Sinner por el título, al que domina por 8-4 en su serie Lexus ATP Head2Head.
Antes de empezar su sesión, Alcaraz coincidió precisamente con el italiano en la entrada a Aorangi Park. Ambos se cruzaron de camino a sus respectivos entrenamientos y se saludaron cordialmente. Una imagen que resume bien la rivalidad que mantienen: feroz sobre la pista, respetuosa fuera de ella.
Durante el entrenamiento, el equipo técnico de Alcaraz dedicó buena parte del tiempo a un ejercicio específico: simular los restos de Sinner. En lugar de sacar con pelota, el murciano repetía el gesto del servicio en seco, mientras Samuel López, uno de sus entrenadores, le lanzaba una bola desde el otro lado de la red para recrear el momento de impacto tras el saque. Un trabajo sutil, meticuloso, para pulir sensaciones y anticiparse a una de las armas más peligrosas del No. 1 del PIF ATP Rankings: su capacidad para restar con profundidad, especialmente desde el lado del revés.
Conscientes de que la final se decidirá por pequeños detalles, y de la importancia del saque y del resto al disputarse sobre hierba, Alcaraz y su equipo han hecho especial hincapié en esas dos fases del juego. El servicio ha sido una de las grandes armas del murciano en este torneo (75 aces en sus seis partidos previos, por los 54 de Sinner), y neutralizar el primer golpe del italiano, que ha mejorado notablemente su saque en esta superficie, será clave para marcar la diferencia desde el inicio del punto. Cada impacto, cada elección, cada segundo cuenta. Más aún cuando hay un Wimbledon en juego.
Tras completar la sesión, el grupo se relajó como acostumbra: jugando a la petanca en la pista. Una costumbre que, más allá del pasatiempo, se ha convertido en una forma de rebajar la tensión antes de los grandes partidos. La final que le espera este domingo no es una más.
Sinner fue el último jugador que logró derrotar a Alcaraz en Wimbledon, allá por los octavos de final de 2022. Desde entonces, el español ha encadenado dos títulos consecutivos sobre la hierba del All England Club y está a un solo partido de completar el triplete. El domingo, en la pista central, se medirá al italiano con la oportunidad de hacer historia… otra vez.