ATP Tour
Novak Djokovic debutó en Wimbledon en 2005, el año en el que se metió por primera vez entre los 100 mejores del PIF ATP Rankings, comenzando así su camino hacia la élite. Y, aunque no creció sobre hierba, su adaptación a la superficie fue algo muy natural.
“El primer año que me clasifiqué aquí fue probablemente el primero que pisé la hierba”, recordó Djokovic tras superar su estreno en el torneo este martes. “Recuerdo que vine a la previa de Roehampton”, rememoró el serio. “Me clasifiqué para el cuadro final ganando a Wesley Moodie, salvando bolas de partido. Era una gran oportunidad. Gané un par de rondas y entré en el Top 100. Sentí que adaptarme a la hierba fue algo natural para mí”.
Desde aquel momento, el serbio inició una relación muy especial con el All England Tennis Club, que se ha convertido en uno de los lugares más importantes de su meteórica carrera.
“Siempre amé jugar en hierba”, dijo Djokovic. “No es solo que se adapte bien a mi juego, es que me motiva por lo que significó para mí en la infancia”, añadió. “Siempre soñé con estar en Wimbledon, con ganarlo. Cuando estoy aquí, me preparo a conciencia para jugar mi mejor tenis. Me encanta pasar cada día en este torneo”.
Djokovic, que ganó casi el 80% de los puntos que jugó en la red ante Alexandre Muller (23 de 29) en su estreno en la actual edición, reflexionó también sobre la evolución que ha sufrido su tenis de ataque a lo largo de los años.
“En los primeros años de mi carrera iba mucho a la red”, aseguró el No. 6 del PIF ATP Rankings. “Luego me eché un poco atrás y jugué algo más pasivo. Depende del rival. En puntos importantes, a veces vas a por ello, tomas la bola pronto y subes para cerrar los ángulos”.
Hoy en día, con 38 años, Djokovic se siente más completo y cómodo ejecutando ese tipo de juego.
“Siempre intento tener todos los tiros posibles”, avisó. “Ser un jugador versátil, adaptarme a cualquier condición y a cualquier rival”, prosiguió. “En esta superficie, venir a la red con confianza y saber cómo colocarte ayuda mucho. No diría que soy un voleador natural, pero sí que en los últimos cinco o seis años he mejorado bastante en eso y lo he trabajado, sobre todo en pistas rápidas”.
Los números no engañan, y el éxito tampoco. Con siete títulos en Wimbledon (2011, 2014, 2015, 2018, 2019, 2021 y 2022), Djokovic es uno de los mejores jugadores de la historia sobre hierba. Y eso solo se consigue de una manera: dominando todas las claves de una superficie con mil secretos.
