¿Le contará Rafael Nadal a su hijo qué consiguió como jugador de tenis? ¿Le explicará cómo conquistó 14 veces la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros? ¿Cómo levantó 22 títulos de Grand Slam? ¿Cómo construyó una carrera de leyenda como muy pocas ha visto la historia del tenis? No, por supuesto que no. Está claro. No hay ninguna duda de eso.
“Si soy sincero, ni tengo ninguna ilusión de que lo entienda ni de que lo sepa, aunque evidentemente lo va a saber”, aseguró el campeón de 22 títulos de Grand Slam tras el emotivo homenaje que recibió el domingo en la Philippe Chatrier de Roland Garros. “No voy a ser yo quien se lo va a explicar. No soy este tipo de padre ni de persona, sinceramente. No soy una persona que acostumbre hablar mucho de mí. No acostumbro hablar mucho de lo que he conseguido y lo que no he conseguido”, prosiguió.
“Siempre volví a casa e intenté actuar de manera normal, sin mencionar si las cosas habían ido muy bien o muy mal”, apuntó el mallorquín. “Así que mucho menos hacerle creer a mi hijo que su padre era un fenómeno en algo. Yo le digo siempre que soy una ‘patata’, e intento que no me vea para nada como una persona que ha sido alguien. Porque realmente yo no me considero como tal. Yo he sido un deportista importante dentro de la historia del deporte por cosas que se han conseguido, como los 14 Roland Garros”, recordó. “Evidentemente no hace falta ser humilde en eso. Es la realidad, los números son los números. Pero más allá de eso, no tengo ningún interés en que mi hijo me vea como tal”.
Este es Nadal de siempre, el de toda la vida, humilde y sensato; con los pies en el suelo. Un Nadal que cumplirá 39 años el próximo 3 de junio, y que lleva retirado desde el pasado mes de noviembre, cuando colgó la raqueta porque su cuerpo le obligó a hacerlo, y no porque hubiese llegado a un punto de no retorno con el tenis. Ni mucho menos.
“Yo no terminé cansado del tenis”, reflexionó el balear. “Yo terminé mi carrera deportiva amando el tenis, pero llegué a un punto donde mi cuerpo no podía más. Esta es la realidad: no ha sido un tema mental, sino que mi cuerpo no me permitía seguir haciendo lo que había hecho durante todos estos años y por eso cerré una etapa de mi vida”, prosiguió el español.
“Como no soy una persona con un gran ego, vivo bien en el día a día dentro del anonimato”, añadió. “Aunque el tenis ha sido una parte muy importante en mi vida durante todos estos años, siempre tuve una vida más allá del tenis. Tenía la intuición de que cuando llegara ese día, el día de la retirada, la transición sería dulce si yo estaba convencido y satisfecho con todo el esfuerzo que había realizado durante mi carrera”, dijo. “Y así ha sido. Es real. Estoy bien, feliz, disfrutando de otras cosas”.
Eso queda demostrado en un gesto cotidiano que no levanta ampollas: sentarse delante de la televisión a ver tenis. Porque Nadal sigue viendo tenis, y eso no le genera frustración ni otras emociones negativas.
“Sigo viendo tenis de vez en cuando y no me hace daño ver Roma, Montecarlo o Barcelona, y tampoco me lo hará ver Roland Garros”, confesó. “Es un libro que se ha cerrado y ahora toca pasar a una nueva etapa. Y de verdad, cuando terminas esta etapa ya te olvidas de las rivalidades, te olvidas de si gana uno u otro. Antes, a lo mejor no quería que ganara Novak [Djokovic]. De verdad, ahora me da igual. Me da igual quién gane”, insistió el mallorquín. “Disfruto del tenis. Prefiero que ganen las personas que conozco, por relación, y gente de mi país. Pero si Novak gana a Roland Garros no me va a molestar un pelo. Hace cuatro años atrás hubiera preferido que no ocurriera, pero estoy en una nueva etapa de mi vida”.
Durante su etapa como jugador en el circuito, el español estaba sumergido de lleno en una encarnizada pelea por los títulos más importantes del mundo con Roger Federer, Andy Murray o el propio Djokovic, entre otros. En consecuencia, miraba de reojo los resultados de sus grandes rivales en la carrera por ser el mejor. Hacía cálculos. Estaba pendiente de qué conseguían unos y otros. Eso ahora ha quedado en el olvido. No existe ni importa.
En pleno 2025, felizmente retirado, Nadal está en paz y listo para abrazar los nuevos retos que le ofrezca la vida.
