Carlos Alcaraz ha alcanzado las semifinales del US Open sin ceder un solo set, y desplegando un nivel de tenis que ha dejado satisfecho incluso a los más exigentes dentro de su equipo. En el análisis interno de su entorno cercano, Juan Carlos Ferrero destaca la madurez que está mostrando el No. 2 del PIF ATP Rankings en la pista, tanto por su solidez como por su gestión emocional en los momentos clave. El técnico, que lleva acompañando a Alcaraz desde sus inicios, ve señales muy claras de que el jugador está dando otro salto en su evolución competitiva.
“Es verdad que tenísticamente siempre hemos sabido todos que era muy bueno, pero la verdad es que mentalmente yo lo estoy viendo mejor que nunca, a nivel de concentración, a nivel de solidez”, aseguró Ferrero este miércoles. “Yo diría que en este torneo está generando esa diferencia que tal vez nosotros vemos como el gran potencial que puede llegar a conseguir. Sabemos que técnicamente es muy, muy, muy bueno, y lo que siempre hemos ido trabajando es esa constancia a la hora de no tener esos pequeños altibajos”, añadió.
“Con la experiencia que tiene, sigue siendo muy joven, con lo cual todavía está en proceso de madurar y mejorar”, aseguró el técnico valenciano. “Pero eso es lo que le pedíamos y lo que estábamos entrenando. Poco a poco ha ido dando destellos de ir mejorando y tal vez este torneo es donde más se le está notando. Está haciendo entre cinco, seis, siete errores no forzados en todo el set y creo que esa es la gran diferencia respecto a otros torneos”.
En ese sentido, es inevitable mirar atrás y comparar al Alcaraz actual con el que levantó el título hace tres años en Nueva York (2022), cuando derrotó a Casper Ruud para celebrar el primer grande de su carrera, que le permitió además convertirse en el No. 1 del mundo más joven de la historia.
“Yo diría que ha mejorado en todo”, analizó Ferrero. “A nivel de maduración ha mejorado muchísimo y a nivel mental tiene mucho más claro que en situaciones complicadas es cuando hay que dar el mejor nivel. El saque y la derecha también están mucho mejor. Si un jugador en tres años no ha mejorado nada… el entrenador es muy malo”, bromeó. “Tiene unas habilidades y una progresión impresionantes. Cualquier cosa que le pides le sale muy pronto. Eso es bueno y malo al mismo tiempo porque se puede llegar a confiar mucho. Como con cualquier jugador, hay que estar muy encima”.
Después de Wimbledon, el equipo tuvo una conversación clave para reordenar prioridades. Jannik Sinner se proclamó campeón en cuatro sets, logrando así su primer título en el All England Tennis Club, pero Alcaraz se llevó un buen aprendizaje.
“Las charlas internas son muchas veces importantes”, apuntó Ferrero. “En esa charla se habló un poquito de lo que fue la final de Wimbledon, de sus sensaciones, de las cosas que veíamos nosotros, de las cosas que había que mejorar claramente, de cómo había que afrontar la gira americana… Situaciones que se van viviendo dentro del equipo”, siguió. “Creo que fue una charla muy interesante, muy positiva, en la que él tenía las cosas muy claras, nosotros también, y que le ha ayudado de cara a estar muy motivado en lo que queda de año”.
Y esa motivación ha quedado clara: después del verano, Alcaraz reapareció ganando el título en Cincinnati y llegando, por ahora, hasta las semifinales en el US Open. A años luz de lo ocurrido en 2024, cuando le costó salir adelante tras perder la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París.
“Esta gira está siendo muy diferente al año anterior, ha venido mucho más fresco”, celebró el entrenador del joven de 22 años. “Ese descanso y esas vacaciones le han venido muy bien después de un mes y medio bastante estresante entre Roland Garros y Wimbledon. Son vacaciones necesarias, que le ayudan a resetear la cabeza, a estar con su gente y con un nivel mental alto para seguir compitiendo al máximo nivel”.
Ese “máximo nivel” le hará falta al murciano el viernes: le espera Novak Djokovic, empiezan las curvas cuando el torneo se acerca al final.